“Era el primer día de clases, las butacas esperaban personas, la sociedad, un grupo más de obreros”
Primer día de clases. Katy Fernandez.
Apenas entraron a clases los de la secundaria que está por mi casa, casi en nada se distingue del resto de secundarias públicas del estado, y no me fijaría en ellos si no fuera porque paso los martes y los jueves enfrente, cuando regreso de inglés, y justo a la hora en la que salen los de la tarde.
Claro que no les hablare de lo mucho que me enoja ver que algunos de segundo (dos años menores que yo aproximadamente) me doblan en estatua.
De hecho no les hablare de algo en concreto. Sólo sé que me molesta verlos, y por favor, no me tachen de despectivo, no es eso. Es, no sé, en ellos veo mi mundo, veo a sus padres, a su familia, a mi estado, mi país… donde me incluyo, claro.
Veo mediocridad, pocas ganas de estudiar. Veo a los futuros obreros de mi bella nación, a los “ando sin chamba”, a los licenciados que no ejercen su profesión. No veo progreso, pero sí mediocridad. Los veo comprando alcohol, empujando a las abuelitas que van por sus nietos, los veo cuando se pelean o cuando papás le gritan sus hijas que ya no las quieren ver con el estúpido de su novio.
La otra vez en clase en clase de filosofía me explicaban la razón del nacimiento de los primeros filósofos: ellos tenían saciadas sus necesidades básicas, no vivían mal y, al estar así, comenzaron a crearse otro tipo de necesidades, que se resumen en las preguntas existenciales que le dieron vida a sus primeros pensamientos filosóficos, comenzó su hambre de conocimiento.
Me pregunto, ¿cómo se esperan secundarias llenas de buenos alumnos?, si una: los reprimen, y dos: no han, siquiera, encontrado solución a sus necesidades primarias, ustedes lo pueden intuir: hay quienes no comen, otros no encuentran cariño en sus progenitores, y además, se basan en modelos sociales mal diseñados.
No es posible aprender así, con tantas atrocidades alrededor, cuando se asiste a la escuela sin ganas de aprender.
Maslow lo dejó muy claro en su pirámide de las necesidades y Platón, Platón no andaba de caliente en la secundaria (ni había, jaja).
Próxima semana: Reseña y una minificción mía.
Pasen por el contenido de Mariam Rojas. 🙂