HEY! Esta tradición de Día de Muertos me encanta, comer hojaldras, poner la ofrenda, el papel picado… la comida. Todo es fantástico, por eso escribí este cuento bebé referente a la fecha.
Gracias por leer.
Hace frio, el viento es fuerte y está nublado, por eso me duele el hombro y el cuello. Aún no anochece, el sol está a mitad del cielo y me da en la cara una pequeña resolana que ilumina pero no calienta.
-Santa María madre de Dios ruega por él y por nosotros los pecadores ahora y el la hora de nuestra muerte. Amén
El aire huele a Cempasúchil. Todo está arreglado con flores, lleno de color. Siempre me gustó esta tradición, poner la ofrenda, hacer las hojaldras y los tamales, llevar a los niños a pedir calaverita. Cuando yo era pequeña mi padre nos hacía cajas con caras como de calabaza y velas para salir en la colonia; eso es lo que quería para Daniel, una infancia tranquila conmigo y con sus abuelos, haciendo pan y dulce de calabaza.
-Santa María madre de Dios ruega por él y por nosotros los pecadores ahora y el la hora de nuestra muerte. Amén
Alguien me toca el hombro, lo han hecho todo el día. Ya estoy cansada de abrazar a la gente y de los “gracias por venir”.
Solía escudarme detrás de mi padre en las reuniones familiares. Eso hice la última vez cuando les dije que mi novio se había ido y no quería saber nada de mí cuando naciera Daniel, como siempre él fue el único que quiso apoyarme ¿qué voy a hacer?
Ahora que no está y Mamá esta devastada a mi me toca organizar lo que viene, hacer la comida con los 500 pesos que nos quedan: pan, café, arroz y salsa de chicharrón que espero que alcance. Además de soportar a los que se emborrachen y las platicas de los que hace mucho que no vemos y quieren ponerse al tanto y los gritos de los hombres jugando Siete y Medio con apuestas de a cinco pesos.
-Santa María madre de Dios ruega por él y por nosotros los pecadores ahora y el la hora de nuestra muerte. Amén
La persona solo quería darme una ramita de ruda. Todos se preocupan por mi madre y por mí, en estas ocasiones llega toda la familia y las mujeres se reúnen en la cocina y los hombres arreglan lo demás, aunque siempre los hijos son los que tienen que disponer. No quiero ser grosera, al final del día somos una familia unida pero estoy tan cansada de las palabras amables, de resolver, de tener que calmarme cuando comienzo a llorar.
-Santa María madre de Dios ruega por él y por nosotros los pecadores ahora y el la hora de nuestra muerte. Amén
Se me quiebra la voz.
Ya no puedo, solo quiero llorar sin que nadie me diga que todo va a estar bien. Quiero quedarme en mi cama y dormir días completos, por favor, ya no quiero resolver; no quiero saber nada del novenario, ni del testamento, ni de los 500 pesos que quedan, ni de dónde vamos a vivir cuando mis medios hermanos reclamen la casa. Solo quiero llorar.
Déjenme extrañarlo hoy, su voz, sus abrazos. Ya no me importan los golpes o si tomaba demasiado o no, a pesar de eso siempre resolvía las cosas, nunca nos dio mucho pero nos sacó adelante con poco. Déjenme recordar lo bien o lo mal que pudimos estar con él solo pasa saber que no va a morir.
-Santa María madre de Dios ruega por él y por nosotros los pecadores ahora y el la hora de nuestra muerte. Amén
– Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
– Como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Me arden los ojos, tengo nauseas, la cabeza me punza y me cuesta muchísimo respirar.
Hermoso cuento, gracias por escribir y transportarse a ese pequeño momento, sigue escribiendo.