Radio para vivir

Estaba el icono de radio, callado y sumiso en su respectivo lugar, siempre presente como esperando turno al reproductor mp3; pensé en que jamás había prendido el radio de mi teléfono, había visto el icono desde mi primer celular y ahora lo veía morir lentamente, entonces decidí darle la oportunidad. Hace años que estaba peleada con él, me había hastiado de las estaciones comunes –donde una lista de 10 canciones se repite eterna, alternando con saludos, felicitaciones y la “afirmación del día”– ya solo escuchaba las noticias en el auto, si no me quedaba dormida.

Durante ese tiempo de negación  tuve dos acercamientos con la radio. En el primero, por azares del destino me encontré escuchando una entrevista, al terminar ésta dejé la estación seguir sonando, y me maraville con la sensación tan diferente que te deja oír una cortinilla musical al final de una buena entrevista. La segunda ocasión, gracias a mi gusto por escuchar a las personas leer, me tope con una estación española donde la voz del invitado (dueño de un café literario) me atrapó toda la noche. Con aquellos recuerdos es que me aventuré esta noche en busca de algún buen programa para re descubrir la radio y terminar de enamorarme.

Escuchar radio es como quedarte en la biblioteca hasta que oscurece o acurrucarte en el pecho de alguien: te deja una sensación de tranquilidad, silencio y dulzura pero a la vez existe un cosquilleo en tu pecho que no se queda quieto, una ligera corriente eléctrica.

Para vivir búscate en Internet (aprovechando las tecnologías) un programa sobre poesía, arte, literatura, historia, o rock, no porque en ellos se aprenda más o porque escucharlos te conceda alguna inteligencia mística, si no porque son esos programas donde la voz acaricia, tranquiliza y seduce con la lectura de algunos versos.

Escucha radio por la noche, cuando estés solo y afuera solo exista el ruido de los autos que se esconden en la madrugada. Jamas escuches radio en el autobús intentando cubrir la insufrible música del conductor. Cuando estés cansado del mundo y de las cinco canciones que acostumbras, conviértete en espectador, entrégate y deja que el radio escoja nuevas canciones para ti.

Desarticula la voz del locutor, olvida si quieres el tema del que habla y mas bien pon atención a cómo alarga las “s” o la entonación de la última silaba las fases; deja a tu mente crear historias alrededor de esa voz y finalmente quédate dormido con el beso de la palabra.

Por si quieren escuchar:

http://radiosogem.org

http://www.rtve.es/alacarta/audios/la-estacion-azul/estacion-azul-cuenta-poesia-hoy-01-02-15/2971206/

2 comentarios en “Radio para vivir”

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