Por Max Santana*
La primera parte está disponible en el siguiente link: El diario de Mike| Parte I
Marzo 16
Desde que llegué a este lugar no he podido dormir, aquí no existe calma, paz ni luz. Solo hay un ruido ensordecedor y una inmensa oscuridad, puedo sentir como el frío penetra mi cuerpo como un cuchillo.
Esta es la decisión más estúpida que he tomado. El ser humano es estúpido, odia estar en calma, prefiere el sabor del peligro, todos somos así. Tal vez perdí la fe en seguir vivo. Ahora que por fin pude ver a mi padre recuperé un poco esa esperanza. El viejo se ve como nuevo, no lo veo cansado, lleva años en esto. El miedo no lo acompaña, es la muerte quien lo hace, como a todos los que estamos aquí.
***
No sé qué hora es, el tiempo ya dejó de existir, sólo tengo día y noche. Ha oscurecido, no podré dormir. Creo que vi a Jonhson cerca de un río, iré a hacerle compañía.
Marzo 17
Anoche, mientras platicaba con Johnson, me contó algo interesante. como una frágil puerta por la que puedes entrar y salir, pero no sabes cuándo entras ni cuándo sales. Estando en esa puerta te encuentras en medio de la nada, ahora veo a Johnson con un aire diferente.
***
En unas horas partiremos hacia la frontera de otro país, nuevamente tenemos que pelear para ganar terreno, somos poco más de cien hombres y ellos nos superan en número por mucho, con algo de suerte podré salir vivo de ese lugar.
Me pusieron a cargo del cuerpo médico, tenemos algunos hombres agonizando y un par de compañeros que no lo lograron. Johnson fue herido en el brazo, él solo vino por unos puntos y regresó al campo, no sé si es muy valiente o muy suicida.
Logramos tomar el control de la frontera, algunos enemigos se rindieron al ver que estaban perdiendo, fueron asesinados mientras suplicaban piedad. ¿En verdad la merecían?
Marzo 18
Ayer en plena oscuridad alcancé a ver un destello a lo lejos, tomé mi arma y fui a investigar. Era Jonhson, yacía inmóvil en el suelo, con su aún tibia sangre empapando su rostro. Fue un espectáculo terrible, estaba a punto de correr para dar aviso cuando algo llamó mi atención. En su mano tenía la foto de una chica y dos cartas. La primera carta decía esto:
“Mery, anhelo con mucha paciencia poder tomar tus manos para pedirte matrimonio, me quedan dos días más, en dos días regresaré a casa, podremos tener la familia que tanto hemos deseado. Te amo”.
Mientras leía noté que la carta era del 15 de febrero. Johnson lleva mucho tiempo aquí, ¿Cómo alguien puede tener tanta fuerza de voluntad? Y al parecer, tan poca a la vez.
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La segunda carta es de hoy, manchada con lo que pienso son lágrimas. Dice lo siguiente:
“Mery, lo siento. Lo siento tanto, no puedo soportar otro día, estoy empezando a perder la cordura, perdóname por no cumplir mi promesa, no me queda fuerza, mi fe ha muerto junto a mi valor, por fin encontré la bala que lleva mi nombre, hoy la pondré en mi frente para acabar con mi tortuosa vida, te amo. Adiós.”
Johnson soportó estos días, su retiro nunca paso. Casualmente la salida para ir a su hogar estaba en el cargador de su arma. Soy el único que puede darle la carta a su amada. Este valiente soldado caído me dio otro motivo para vivir.
Jonhson, cumpliré tu humilde deseo.
Marzo 20
Esta mañana sepultamos a Johnson cerca del río.
Estaremos cinco días en la frontera esperando nuevo equipo, más soldados bien preparados. Mi padre tiene que ir por ellos, lo acompañaré por si acaso. En el camino pude apreciar dos escenas diferentes, del lado izquierdo se encontraba una lejana montaña llena de nieve y árboles frondosos, del otro lado era un contraste más hórrido y oscuro. Montañas de muertos apiladas, llenos de moscas y animales carroñeros imposibles de ahuyentar. Era como estar en medio del cielo y el infierno.
*Max Santana. Estudiante de preparatoria con un pie fuera de ella. Amante del terror y el suspenso; imprime un poco de ese gusto en sus historias.
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