Hay hombres que luchan un día, y son buenos. Hay otros que luchan un año, y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida; esos son los imprescindibles.
Bertolt Brecht
El 11 de mayo de 1973, en la Plaza de San Juan de Dios (Camagüey, Cuba), se llevó a cabo la conmemoración de uno de los personajes históricos más importantes para el comienzo de la independencia latinoamericana; su nombre: Ignacio Agramonte.
El cantautor cubano Silvio Rodríguez escribió una canción a la memoria de este luchador social, quien peleó hasta la muerte a favor de la libertad del pueblo cubano. Y, durante la misma conmemoración al mártir de la justicia, Fidel Castro dirigió un gran discurso para preservar en la mente el símbolo del revolucionario.
El hombre se hizo siempre de todo material, de villas señoriales o barrio marginal.
En dicha canción, Silvio nos habla sobre el trágico contexto en el cual se encuentra Cuba a causa del colonialismo y la esclavitud. La sed de revolución que invade al pueblo cubano da origen a la llama ardiente que grita: ¡patria, libertad o muerte!
Mortales ingredientes armaron al mayor, luz de terratenientes y de revolución.
Además, nos ilustra la audacia de Ignacio Agramonte como esgrimista y jinete; líder nato de la lucha contra la opresión. Pero, a la vez, la imagen de un noble amante viene a nosotros con el recuerdo de su querida esposa Amalia; a quien nunca dejó de amar y añorar mientras se encontraba lejos cumpliendo su deber.
Amalia abandonada por la bala, la vergüenza, el amor. O un fusilamiento, un viejo cuento modelaron su adiós.
Finalmente, es el símbolo del pueblo lo que realza el escenario de lucha frente a la esclavitud y la injusticia; el cual se mezcla junto con el seudónimo de un hombre dispuesto a entregar su vida por devolverle la libertad a quienes se les fue arrebatada por capricho mortal.
Trota sobre la espuma seguido por un mar de negros en machete y sin encadenar ordena su corneta el toque de a degüello. Y a un siglo de distancia entona nuestra canción y con recia garganta canta, espanta lejos la maldición.
Lean: https://vertederocultural.wordpress.com/2018/11/23/historias-del-bosque-historias-de-infancia/