Eusebio Ruvalcaba (1951-2017) fue uno de los escritores más prolíficos de México. Entre sus libros destacan Un hilito de sangre, Desde la tersa noche, Todos tenemos pensamientos asesinos, Una cerveza de nombre derrota, entre otros. Este sitio le rinde una Edición Especial con motivo de reunir las palabras de varios de los escritores que más frecuentaron su obra y su persona.
Conforme se publiquen los textos podrán consultarse los enlaces en Edición Espcecial Eusebio Ruvalcaba (clic).
Agradecemos la generosidad y el interés de los autores convocados.
Eusebio Ruvalcaba fue un escritor al que lo mismo le gustaba publicar en editoriales de renombre con distribuciones masivas que en independientes y universitarias; aunque esto habla de su personalidad desinteresada por los reflectores, mucha de su obra es actualmente inconseguible un poco por dicho motivo. Las jaulas colgantes (1997), es un libro de sonetos sobre instrumentos de tortura medieval. Desafortunadamente el libro ya no es adquirible. Este sitio cita dos de los sonetos con la finalidad de difundir un poco algunos de sus textos poco conocidos.
Todos los derechos pertenecen a la Dirección general de publicaciones de la BUAP y a los herederos de Eusebio Ruvalcaba.
“LA PERA
La mecánica era sencilla: hundíase
en el recto o la vagina, y ya dentro
se abría como una flor sorprendida.
Las puntas que remataban los pétalos
servían para desgarrar mejor
la cerviz del útero, o el ayer
aún impoluto fondo del recto
El homosexualismo entre varones
o los amoríos con Satanás
entre las damas, era castigado
con el uso de la flamante pera.
Relatan quienes lo sintieron, que hasta
un punto determinado causaba
placer y no atroz dolor, su tortura."
“COLLAR PENAL CON PESO
Ni más ni menos, doce kilogramos
había de arrastrar el preso. A veces
semanas, a veces meses, o bien
de por vida. No era ésta una tortura
que causara daños a corto plazo.
Podía acumularse su buen tiempo
para que el continuo roce en el cuello
provocara abrasiones tan sutiles
como una chispa, o una pequeñísima
ascua depositada en la piel. Vale
decir, que el convicto se estremecía
cuando la gangrena se presentaba.
Porque entonces no había más remedio
que decapitarlo. Por salud."
En el siguiente enlace se puede leer una reseña del libro por parte de un autor de la casa, Óscar Alarcón García, en el periódico El popular: Las jaulas colgantes de Eusebio Ruvalcaba (clic).
Las jaulas colgantes, Eusebio Ruvalcaba (1997). Dirección general de publicaciones BUAP, México.
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