En Puebla explotan estudiantes

Mirna Coreliel escribe una crónica sobre los sucesos de los últimos días acerca de los movimeintos estudiantiles en Puebla como protesta por el asesinato de tres estudiantes y un conductor de uber... y la enervante inseguridad de los últimos años.

Mirana Coreliel*

El día treinta de Octubre de 2019, la Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) ofreció un corredor de ofrendas al que asistí gustosa. Las academias y los estudiantes adornaron con flores de cempasúchil y aserrín cada rincón de la facultad. Para empezar, las ofrendas eran curiosas y significativas, pero entre todas ellas destacaron dos: la primera, con dulces y alimentos procesados para terminar con la hambruna mundial (refiriendo a los muertos por diabetes) y la segunda, con dos médicos hechos de aserrín en el suelo.

No era una sátira. Se trataba de un homenaje a sus compañeros, víctimas de la explotación, de la depresión y del asesinato.

Algunos días antes, las alumnas de medicina exigían respuestas por parte de las autoridades universitarias, debido al elevado índice de acoso entre los profesores que imparten clases en la facultad. En dicho lapso, las denuncias de asaltos a mano armada, de halcones observando a los estudiantes y casos de acoso dentro y fuera de la facultad sólo incrementaron.

Noviembre.

Diciembre.

Enero.

Veintitrés de febrero de 2020

Francisco Javier Tirado

José Antonio Parada Cerpa

Ximena Quijano Hernández

Cada uno de ellos tiene nombre, fue titular en los periódicos, en los comunicados luctuosos de las universidades y un poco después, en los labios de los estudiantes. Estuvieron dibujados con aserrín en el corredor de ofrendas de la Facultad de Medicina el treinta de octubre. Y ellos ni siquiera lo sabían. Porque aunque procuremos no aceptarlo, en Puebla los estudiantes conocemos nuestro irremediable destino: lleva poco dinero porque te robarán, ten un teléfono de repuesto para comunicarte cuando te asalten en el camión, dile a tus padres que los amas antes de que te asesinen.

El día 25 de Febrero, los estudiantes convocaron una marcha. La unión de las universidades que también padecen los estragos de la inconsistencia. Marcharon más de seis mil estudiantes, de manera pacífica, al grito de rabia, al grito de guerra. Los pies de medicina fueron canto y tremor de consuelo para el centro histórico de Puebla.

¡Francisco! PRESENTE.

¡José Antonio! PRESENTE.

¡Ximena! PRESENTE.

Y las mismas autoridades universitarias que evadieron las denuncias de acoso por parte de decenas de alumnas meses atrás, el mandato que días antes del movimiento médico amedrentó las peticiones y causas de la facultad de psicología, se unió con una capa de superhéroe y apoyó la marcha, posteriormente también un paro estudiantil. Al parecer no comprendieron que el movimiento surge por y para estudiantes, y nadie solicitó su permiso.

Veintiséis de Febrero de 2020

Los médicos toman la facultad. Comienzan siendo veinte centinelas aguardando la mañana y al poco tiempo se multiplican y son miles. Llegan mensajes a los celulares de los estudiantes, por parte de sus familias y números desconocidos en forma de cadenas. Amenazas de choque. Periodistas violentos. Llego a la calle que abriga los edificios del área de medicina, con el celular en la mano y la vista baja, y escucho.

―¡Credencial!

Alzo la mirada. Una valla humana de hombres y mujeres con bata resguardando la facultad desde la esquina de la calle. No sólo han tomado los colegios, ellos son dueños de la ciudad.

Alzan los puños pidiendo silencio, mueven las palmas para que todos agachen sus cuerpos.

Ciudad Universitaria toma las instalaciones.

Facultad de Filosofía y Letras se apropia de los colegios.

Preparatoria Emiliano Zapata y su extensión en San Martín marchan rompiendo el silencio. Los niños saben que nos están matando.

Psicología llega marchando desde el centro histórico: ¡Medicina, estamos con ustedes!

Porque esas batas ensangrentadas son el reflejo de un sistema que nos está devorando las tripas. Esto no es un movimiento de esperanza, es clamor de auxilio.

Lo quieren ignorar, pero todos lo sabemos de sobra:

En Puebla explotan estudiantes.

El servicio médico es suicidio, si no te amenazan a muerte te mueres de hambre.

Las mujeres son terneros reemplazables.

En San Martín Texmelucan los cadáveres amanecen coronando secundarias, los niños llaman al ministerio para que recojan cuerpos desollados.

Puebla es la morgue del conocimiento, porque si aprendes anatomía, te ganas la bala piadosa. Médico, explícame cómo llegó eso a tu frente.

Puebla es un funeral perpetuo.

Puebla de los ángeles de la muerte.


CC Foto de la autora

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