Itzcuauhtli Arteaga | Imágen: CC0
Señoras y señores, les presento a Itzcuauhtli Arteaga (1996) poeta poblano que vive ahora como murciélago en las cuevas de los dominios de la Ciudad de las Flores.
Dice Rimbaud de la poesía de Arteaga “es una escritura llena del vigor más simbolista, sus imágenes han alcanzado la lucidez de los verdaderos videntes”
Dice Juan García Madero: “La poesía del Itzcu sabe, se puede paladear y su sabor es el de los colores más mexicanos, si es que eso existe. Cuando leo a Itzcu, me siento en casa”
Dice Ibrahim Torres, otro enorme de la poesía poblana: “El Itzcu no es un mal poeta, podrá ser mentiroso, puerco, idiota, mal poeta, pero nunca una estrella de porno. Yo no me perdería sus poemas por nada”
- Brandon Vázquez
Itzcuauhtli Arteaga*
A Martha Ochoa
I
Al abrir la puerta el puño blanco de la temporada embiste contra mi pecho y me estrello contra la embarcación de las hormigas Inconsciente(...) planeo entre los rápidos de la calle El cielo canta el primer ángel toca su trompeta los seis ángeles restantes tocan sus trompetas pues al final del río el mar deseado habita en una isla en medio de un lago Donde la naturaleza canela danza con la tronada y se funde con la tierra Refugiada en la profundidad de los ramajes a los pies de un lago más pequeño una cabaña . En las alturas una nube extraviada del alba posa derramando gotas de O R O S Penetrando la sangre Despertando los latidos de un mar olvidado.
II
El cadáver de una mariposa se estrella en el paso de las hormigas de fuego. El cadáver de una mariposa despierta a las calladas tablas de un ferrocarril. El cadáver de una mariposa cae, y atrapa mi mirada, nada sucede.
III
Acabo de enterrar una polilla compañera taciturna que invadió mi recinto una noche de equinoccio con un ala rota cuando pudo salir dudó se entregó a mis pies para que yo le diera muerte dudé (Día tras Día) (Espere su huída) (Día tras Día) (tendido junto a mi lecho esperaba que la neblina de Xalapa extinguiera nuestras almas) Acabo de enterrar una polilla. En la noche nueva un huésped fugaz amputa mi hiel invadida mi cortina la atacó el ser envuelto entre pañuelos parpadea tratando de espantar la umbra En la ventana contemplo a la primera luciérnaga de mis días marcharse.

*Itzcuauhtli Arteaga (1996). Poeta poblano. Actualmente estudia Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Veracruzana.