Por María Sabine Santana Sosa | Imagen: pixabay.com
Una microficción sobre el irredimible paso del tiempo
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María Sabine Santana Sosa*
El calendario dice que he crecido pero no sé dónde he estado los últimos tres meses. He intentado de muchas formas detener el paso del tiempo. Nunca antes me había sentido más atada al reloj y sus minutos, que se convierten en horas, en días.
Lo peor es que cuando los días se acumulan, se presentan distancias indeseadas. Distancia mi pasado, de la gente que amo, de la que comenzaba a amar, de la que pude amar; distancia de mis sueños que murieron, pero también distancia de los futuros, porque de momento, aunque el tiempo corre y corre, nada se puede construir.
El calendario dice que he crecido, pero yo no quiero, así que hoy he hablado con él. Le he dicho al calendario que hicieron un trato conmigo en el que, cuando el tiempo pasaba, la vida también y que si ahora la vida no pasaba no era muy justo que el tiempo lo hiciera. Me ha ignorado.
Hoy amaneció de nuevo, me sorprende que el sol siga saliendo como si nada. Le he dicho al calendario que me tenga compasión, le expliqué que tenía muchos planes para estos meses, que quería pasar mi cumpleaños en un lugar especial; le digo que siento que me estoy volviendo adulta y que me duele sentir que dejó mi juventud en el sillón. Me ha fruncido el ceño.
He vuelto con el calendario, le he expuesto mis argumentos de la forma más razonable posible. Ya le dije que yo no elegí esta vida, al contrario, me fue impuesta una realidad de la que llevó años huyendo. Le lloré y cuando vi que se aferraba a seguir corriendo, le grité:
―¡¿Cómo puedes ser, calendario, tan indiferente?!
No me ha devuelto ni la mirada.
Hoy me desperté y me postré ante él:
―Calendario, explícame, porque claramente hay algo que no entiendo.
El calendario me miró varios minutos, pero nunca me habló.
Hoy me he despertado y el calendario se había ido. Me dejó una nota:
“Querida, me pesa tu dolor, pero no puedo evitar seguir corriendo.
He decido irme.”
Ahora me pregunto cuántos calendarios como el mío deambularán por las calles. Me siento culpable. Le he quitado su hogar al tiempo, que era yo.
*María Sabine Santana Sosa. Estudiante de Economía que escribe en tiempos difíciles. Twitter: @santana_sabine Medium: @sabinesantana