Entrevista a Luciano Rodríguez

Diego Santiago Quintero / Iván Gómez // Diseño de imagen: Max R.A //

Luciano Rodríguez Arredondo es un arista multidisciplinario cuyo trabajo se centra, principalmente, en el uso de herramientas tecnológicas para generar estructuras (micro o macro) caóticas. Entrevistarlo nos representó un reto por lo imponente de su perfil: su obra ha sido presentada en Bélgica, Alemania, Chile, Ecuador, entre otros, coordina el departamento Multimedia Arte digital y Medios interactivos en la Universidad de Medios Audiovisuales CAAV y es coordinador de Cima Estudio.

También fue un proceso de aprendizaje: geometría fractal, formas de composición y creación, teorías propias sobre el caos y la aleatoriedad, modelos 3D, performance... todo ello vertido en esta charla.

Esta entrevista es a propósito del festival Visiones Sonoras, a quienes agradecemos todas las facilidades para realizar las charlas.

ig.


Luciano Rodríguez Arredondo

Diego Santiago Quintero (DSQ). Leyendo un poco sobre tu trayectoria, me llama la atención tu proceso de aprendizaje en diferentes países, ¿qué tan importante es abrirse a diferentes conocimientos? ¿Cómo se ve reflejado en tu obra?

Luciano Rodríguez Arredondo (LRA). Ha sido un proceso muy natural estar pescando en diferentes disciplinas; muy intuitivamente comencé a explorar diferentes medios, desde muy joven jugaba con la música; mis primeros acercamientos con la computadora también se dieron temprano, ya desee ahí había un enfoque multidisciplinario.

Iván Gómez (IG). Y siguiendo ese hilo, ¿cómo es tu proceso creativo? Lo pregunto, sobre todo, porque en tu campo, más que nunca, hay un desempeño técnico y metodológico a la par del creativo. 

LRA. Me gusta mucho trabajar con la idea de los sistemas, sobre la complejidad del universo. Lo referente al micro y macro cosmos es algo que me apasiona mucho, y trato de reflejar en mi obra este proceso, como las estructuras encadenadas: cuando piensas que ya descifraste algo sólo es un eslabón de algo más complejo. Estas ideas son mi eje rector, junto con la aleatoriedad, son constantes con las cuáles trabajo mucho. El proceso estético es un vaivén, empiezo a hacer un boceto, ya sea en modelos 3D o en lo que vaya a trabajar, puedo empezar a modelar algo, lo texturizo, de ahí saco una secuencia de imágenes y poco a poco se define la estética. Es un poco como el proceso de un pintor, que se para ante el cuadro en blanco, sólo que yo tengo herramientas diferentes, puedo partir de una abstracción que deriva en cierta narrativa, y después le conecto algo que lo convierte en un sistema planetario… pero todo esto está de manera metafórica, no está explícito, la obra que verán en Visiones Sonoras está enfocada en el caos, en sistemas complejos. Puede que subconscientemente estén proyectadas varias ideas, principalmente de modelos matemáticos, aleatoriedad y la complejidad misma del universo: pensamos que ya tenemos descubierto el universo y es pura mentira… son cosas que estoy procesando todo el tiempo y están de fondo en mi trabajo, pero el proceso estético, la salida, es una especie de vaivén con las herramientas que tengo a la mano y sé utilizar, es como si un pintor agarrara sus oleos y luego se fuera al acrílico, pero ahora son pixeles… lo único que soy es un manipulador de pixeles y sound pulse de audio, si me pongo a verlo desde lejos, sólo soy un manipulador de electrones, estoy manipulando voltaje todo el tiempo para hacer creaciones. En la creación analógica es muy obvio, porque mueves una perilla y ves el resultado; acá es lo mismo, si te pones a pensar, el procesador de una computadora está prendiéndose y apagándose millones de veces por segundo y eso se transfiere en una imagen en 3D, en un sonido sintético. También por eso me apasiona: llevo varios años clavado en la creación a partir de nada, principalmente digital: crear a partir de la computadora cosas que de otra forma no podrían existir, ella funciona como una extensión de mi cerebro. Es imposible emular cierto tipo de paisajes, sonidos o figuras sin la ayuda del procesamiento.

Computer´s Samandhi. Realización: Luciano Rodríguez

IG. ¿Y qué herramientas proporcionan a la creación artística el desarrollo de estas tecnologías? ¿Podríamos hablar de evolución?

LRA. Creo que más que una evolución es el nacimiento de un nuevo lenguaje. Los artistas usan lo que esté a la mano para crear, y a partir de ahí es un nuevo lenguaje que seguiremos explorando porque todavía estamos en la edad de piedra digital, no llevamos ni 30 años con estas herramientas, imagínense este lenguaje dentro de cien, doscientos años, esto se va a ver prehistórico, y sobre todo porque el crecimiento tecnológico es exponencial; hace años no teníamos teléfonos como los que tenemos ahora, es muy interesante porque ahora lo he estado ocupando para hacer creaciones pequeñas pero ya es una herramienta con la que podemos crear: una computadora de bolsillo; yo puedo tomar una fotografía, procesarla, hacer un collage, y va a tener su estética propia, su lenguaje propio y su forma de consumo propia, los dispositivos móviles son un gran ejemplo de la evolución de un lenguaje. Las plataformas de redes sociales enfocadas a la creación digital, el mismo Instagram, si lo utilizas de una forma más artística, te da la pauta para empezar a consumir contenido diseñado para ese medio. Más allá de que los medios tecnológicos sean una evolución o una extensión, creo que es un lenguaje nuevo y a partir de esta gran interconectividad se genera un lenguaje nuevo con la interacción de consumidor-usuario de cierta obra artística.

IG. Uno de los elementos clave en tu obra es la performatividad, lo vemos, por ejemplo, en Sinergia, desde tu enfoque multidisciplinario, ¿cómo ha evolucionado el performance a partir de las innovaciones tecnológicas y los procesos de amalgamiento de ésta con otras artes?

Realización: Luciano Rodríguez

LRA. Si nos concentramos en el performance como la cosa que sucede, ha sumado mucho. Habrá puristas que quieren que el cuerpo sea el eje central, que sea el instrumento, una concepción más clásica, creo que las nuevas tecnologías han venido a sumar más en el mensaje para que la gente lo vea de otra forma, tiene más canales de información para los cuales acceder al mensaje, por otro lado, la estética es un gran avance, podemos generar espacios virtuales y escenografía virtual de muchas maneras. Ahora crean motores de videojuegos para crear escenarios de películas: tienes al actor y le proyectas el escenario, y si lo traducimos al espectáculo performático viene a nutrir mucho y a abaratar costos, pensemos cómo se realizaba una ópera hace 50 años, en donde todo se tenía que construir manualmente, y ahora tenemos diseñadores 3D, o se pueden aprovechar las nuevas estéticas justamente para seguir explorando nuevas formas de lenguaje que nos permiten las tecnologías digitales, por ejemplo, todas estas interacciones en tiempo real de luz y sonido con el cuerpo, que podemos pensar el movimiento del cuerpo como fuente de información para controlar algún aspecto del escenario.

IG. Da la impresión de que para el artista visual, Instagram se ha convertido en una especie de cuaderno de dibujo, en el tuyo destaco tres elementos: abstracción, tecnología y caos, referente a lo último, ¿cómo definirías tu estética del caos? Si es que puede definirse.

LRA. Híjole… para mí la estética del caos es todo aquello en lo que no se pueda descifrar el orden, el caos es algo laberíntico que no entendemos bien, eso siempre me ha llamado la atención porque es el pan nuestro de cada día, justo por eso me interesa incorporar al discurso del caos la aleatoriedad de factores que no entiendes, porque en lo digital todo tiende a ser bien proporcionado, la principal estética de la computación es lo ordenado, lo limpio, y a mí justo me interesa lo contrario: la complejidad que empezamos a generar a partir de algoritmos, que al final, como no lo entendemos, es caos, este laberinto de sonidos, de vértices, que empiezan a rayar en el ruido tanto de imagen como de sonido… me interesa tocar estos bordes, donde, si se empieza a complejizar, se convierte en ruido. Otro factor que me interesa mucho es la geometría fractal, y ahora que puedo empezar a jugar con eso, genera una especie de caos, algo que no acabo de entender y por eso mismo me seduce y me llama a seguir adentrándome. Por eso me interesa el caos: nunca lo vas a domar, nunca saldrá lo mismo.

Es algo que proviene un poco de lo psicodélico, al consumir estimulantes, los patrones caóticos que se presentan en estas experiencias seducen: no se entienden pero ahí vamos de nuevo. Quien diga que ha tenido dos veces la misma experiencia psicodélica miente, también eso es caos. De repente estoy horas frente a la computadora modificando valores y me da cada vez cosas más complejas que si quiero reproducir algún día ya no puedo… eso también es un acto performático, estoy haciendo un performance conmigo y la computadora. Definir la estética del caos es esto que nunca vuelve a ser igual aunque lo vuelva a hacer. Este juego de crear pequeños universos y verlos funcionar, es bastante extraño.

Realización: Luciano Rodríguez

IG. Justo mi pregunta era tramposa porque veo un cuarto elemento que ya dijiste: la psicodelia.

LRA. No digo que todo venga de experiencias psicodélicas pero sí mucho de ello. Un artista es sólo retazos de lo que ha vivido, y cosas de las que más me ha marcado son experiencias psicodélicas. Por esa parte, mi interés por la geometría fractal viene un poco de ahí: experimentar sensaciones y universos a los que no tenemos acceso normalmente, y me gusta mucho explorar esos caminos inciertos. Generar tus propias brechas. La geometría y la simetría son cosas que me gustan mucho, trato de combinarlas junto con los colores, que vienen de la mano con estas experiencias.

IG. ¿No es una especie de contradicción interna hablar de simetría y geometría dentro del caos?

LRA. No, porque puedes hacer un caos simétrico: poner argumentos o valores que, si bien son aleatorios, se repiten en espejo. Muchos de lo que hago tiene que ver con la repetición de patrones que nuestros sentidos de una u otro forma empiezan a percibir. Si pongo un patrón aleatorio ocho veces, de alguna forma vemos ese patrón aunque no lo comprendamos, como una escala musical, o como una secuencia de notas musicales: hay algo que se está repitiendo aunque no la entiendas. Alguna vez me fui a acampar con unos amigos alemanes y les dije que sólo hablaran alemán porque quería aprenderlo, estuve como tres semanas con cinco alemanes metidos en el cerro, y con el tiempo acabé encontrando patrones, de manera completamente subconsciente, al final pude comunicarme con ellos de una forma muy cavernícola pero ya podía pedir agua y comida. El caos es esa idea: repetirlo y sacar algo de manera subconsciente.

DSQ. ¿De dónde proviene el impulso inicial para crear?

LRA. Como decía Picasso: el talento se encuentra trabajando. El simple hecho de sentarse da la pauta para crear algo: puedo sentarme y hacer algunos dibujos que medio me convencen, a lo mejor diez, y quizá de esos diez que hago a lo mejor cuatro me funcionan, o uno de cien, habrá periodos estériles en los que no se puede hacer nada, y otros más fructíferos. Cuando estudiaba música era el rollo de sentarme a componer, era un proceso mucho más abstracto, empezaba a poner notas y lo complementaba con mi acervo, que me servía para conectar secuencias. A veces las ideas funcionan un día y ocho no. Es complejo hablar de procesos creativos porque no tengo un sistema que funcione. Hay que ser disciplinado, mis ideas nacen picando piedra, tengo muchos bocetos que nunca llegarán a nada.

IG. Y en algún momento termina, ¿cómo empieza luego el proceso de publicar algo?

LRA. Acabar es horrible, sobre todo ahorita: siempre se le puede seguir metiendo mano, ¡es terrible!, se vuelven como tus hijos y te clavas en la pieza. Más difícil que empezar es terminar. La materia digital es muy maleable, si tu mueves un slider te da otra cosa, y luego otra… se vuelve un conjunto de capas. Pero puedes echarlo a perder porque ya pusiste ochenta capas de otra cosa.

Pero, sobre la exhibición, busco que mis obras se presenten en festivales y conciertos.

DSQ. El Festival Internacional de Música y Nuevas Tecnologías, Visiones Sonoras, se está realizando de manera virtual, ¿cuáles son las diferencias de participar en un festival virtual a un festival presencial?

LRA. La convivencia. Ir a un festival implica conocer gente e interactuar con ella. Gracias a festivales he forjado relaciones muy estrechas. Ahora no estamos todos en un recinto, pero ese espíritu de convivencia se mantiene, aunque es difícil llevar esa interacción; en los festivales presenciales, si ves una bolita, te acercas y platicas.

Hablando de alcance, es completamente lo contrario: un festival digital tiene el alcance que quieras, lo puede ver cualquier persona del mundo en el momento que quiera, y tiene el sello de calidad como ocurre con Visiones Sonoras, estamos hablando de salas de 300 personas contra salas de infinitas personas con acceso a internet.

Realización: Luciano Rodríguez

DSQ. En el programa del festival, podemos observar que tu participación será el 24 de Septiembre con Sistema, ¿nos podría hablar de ello?

LRA. Tiene que ver con los sistemas, intergalácticos y cómo éstos pueden ser simulados por computadoras, dentro de estos sistemas pueden vivir organismos también: vida al final de cuentas, es otro sistema complejo que a su vez es controlado por un sistema computacional, va en torno a la idea de la realidad simulada (no creo realmente que la realidad sea simulada pero es divertido pensarlo), podemos crear, ahora más que nunca, inteligencias artificiales que vivan dentro de la computadora y que piensen. La idea de fondo es esa: de la organización al caos y de vuelta.

En cuanto a la mano factura de la pieza: fue una exploración de técnicas de producción de animación 3D con valores aleatorios, podrán apreciar que las texturas fueron generadas de esta forma, o los sonidos: aleatoriedad dentro de la aleatoriedad. No es evidente desde el principio, pero, créanme, está creado de una manera caótica.

Eos. Realización: Luciano Rodríguez

IG. ¿Tu obra invita a la re visualización?

LRA. Creo que viene de manera natural, por lo mismo que les decía: la seducción del caos. A veces doy por terminada la obra, la vuelvo a ver y yo mismo encuentro cosas. Imaginen la imagen de un Dios loco haciendo universos con sus propias reglas, y personas que viven adentro… quiero aclarar que no me considero un Dios loco, pero me gusta la analogía: más bien, como un científico loco, una especie de científico que está mezclando cosas, a lo mejor a veces se te pasa la mano de un elemento, le echas de otro… cuando empecé  trabajar en esto, le ponía render y ya, pero la interacción era mucho más lenta, ahora, por ejemplo, al hacer esta pieza, estaba jugando con motores de render, que es algo que renderiza la imagen para que la puedas ver en tiempo real, y ahora lo hace con la tarjeta de video, es decir: con un componente muy potente de la computadora, siendo que antes lo procesaba con el CPU, con la unidad central, y ahora con el GPU (la tarjeta de video), todo es muy rápido, como tratar de domar a un toro: ¡y no sabes cuándo acabar! Pero hay que continuar con la vida, y buscar un balance, un 50/50: si bien me apasiona lo sintético como forma de creación, me apasiona lo natural como forma de vida. Me voy a resetear a la montaña, allá puedo pasar un mes y regreso con gusto a encerrarme en la computadora.

DSQ. Ya que hablamos un poco del proceso, la interdisciplinaridad, los elementos usados, ¿qué ofrece tu arte al público?  ¿Por qué debemos ver tus obras?

LRA. Híjole, ¿así como slogan publicitario? [Risas] Creo que los va a llevar a un lugar al que no han ido, porque a mí también me llevó: juego a crear cosas que no existen, tanto en sonidos como imágenes. Diría que mi obra invita a la posibilidad de ver algo que nunca has visto.



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