El espíritu de la montaña: entrevista a Adán Ruiz

Karla Vivanco | Imagen: Max R.A

Vertedero Cultural preparó una cobertura especial por el el Festival Internacional de Cine de Morelia, este espacio estará publicando entrevistas a creadoras y creadores, así como reseñas de cortometrajes y películas. ¡No se lo pierdan! Agradecemos a la gente de prensa del festival todas las facilidades para realizar las charlas.

Karla Vivanco entrevista a Adán Ruiz por su cortometraje Las nubes bajo el volcán

El sábado 31 de octubre se estrena en Cinépolis Morelia Centro y en Cinépolis Klic, Las nubes bajo el volcán, cortometraje dirigido por Adán Ruiz. ¡No se lo pierdan!

Las nubes bajo el volcán es un cortometraje que visibiliza la clandestinidad de los alpinistas que, contra reglas y adversidades, ascienden a la parte más alta del volcán Popocatépetl, en donde además muestra imágenes asombrosas de la vista que se puede observar en ese lugar. Un poco de misticismo, otro poco de adrenalina por el peligro que subir representa y una dualidad de significado, dan como resultado Las nubes bajo el volcán. El director Adán Ruiz nos otorgó una entrevista para hablar sobre su corto y sobre su trayectoria profesional.  

Karla Vivanco (KV): ¿De dónde surge la necesidad de hacer Las nubes bajo el volcán?

Foto del director

Adán Ruiz (AR): Es una pregunta curiosa porque surge a partir de mi interés en el alpinismo. Llevo algunos meses practicándolo, después de varios ascensos a diferentes montañas y de conocer a personas interesadas en esto me encuentro con una especie de leyenda urbana que tiene que ver con pequeños grupos que suben clandestinamente al Popocatépetl de vez en cuando. Me parece relevante porque el Popocatépetl es uno de los volcanes más activos, más monitoreados y más peligrosos en el mundo y uno de los más altos de Norteamérica. Es un sitio prohibido, para acceder a estos lugares se tiene que hacer de manera clandestina a través de rutas alternas porque la Guardia Nacional custodia una buena zona del volcán. De ahí es de donde nace nuestro interés por conocer a estas personas y retratar su historia y sus intereses.

KV: Hablando del ambiente en el que fue grabado el cortometraje, como dices, uno de los volcanes con más actividad en el mundo, además de estar restringido el acceso por las autoridades, ¿cómo fue el proceso de grabación?, ¿cuál fue el más grande durante el rodaje?

AR: Antes que nada, yo intento planear en papel las cosas. Al ser un volcán activo es, de cierta manera, difícil hacer scoutings así que me prepare con una escaleta que luego se convirtió en guión y después en un shooting list, ya tenía listos todos los planes que quería hacer, pero conforme fuimos yendo al volcán y ascendiendo en diversas ocasiones me dí cuenta que todo eso que había hecho no servía para nada, que no tenía nada que ver con el espíritu verdadero del lugar, del volcán. Sirvió como una primera guía, pero lo que se filmó, es una película totalmente distinta a la que estaba planeada. Hablando un poco más sobre los aspectos técnicos, para acceder a este sitio se requieren caminatas de entre 16 y 20 horas, eso tiene implicaciones físicas, en términos de que, si vas cargando con equipo pesado, no lo vas a lograr, es por eso que decidimos llevar una cámara relativamente pequeña, únicamente un lente, algunos filtros, siempre llevamos muy pocas personas y con cierta condición física para llegar a estos sitios. Sobre los retos, además de que es un volcán impredecible, así como los sismos, no hay variables que tú puedas usar para predecir cuándo va a haber una explosión, que es lo que sucede con bastante frecuencia, también están las temperaturas bajo cero, los gases tóxicos, teníamos que usar máscaras a ciertas alturas y no siempre podíamos llegar tan alto; a veces nos daba agotamiento físico, a veces el clima no nos permitía llegar hasta donde teníamos, esto también fue un reto.  

Fotograma: Las nubes bajo el volcán

KV: En cuanto a la fotografía, me parece que es preciosa, ¿la forma en la que la hicieron es esencial? ¿consideras que, si hubieran elegido hacerla de otro modo, el corto habría tenido otro sentido?

AR: Sí, por supuesto. Eso sí es algo que teníamos muy claro desde el inicio y de forma muy fácil, porque como te comentaba, el mismo lugar te pone las restricciones, no podíamos llevar cámaras pesadas, ni un juego de lentes, ni muchos filtros, ni luces, ni otro tipo de cosas. Fue muy fácil la decisión del equipo que íbamos a llevar. En términos más estéticos, el blanco y negro también desde el principio estuvo como una decisión necesaria, porque creímos que esta ausencia de color era lo que le iba a otorgar, en buena medida, estas cualidades místicas, sobrias, al volcán de un ente que se piensa a sí mismo, que tiene este tipo de características. No veíamos muy adecuado, en términos estéticos, el color, sino al blanco y negro. Toda esta grandeza de la montaña tenía que contarse de esa manera, desde nuestro punto de vista. Fue algo muy natural que pensamos desde el primer instante.

KV:La persona que aparece en tu corto,¿fue un personaje construido o fue un agente que contó su experiencia?

AR: La película es una mezcla entre documental y ficción, pero los testimonios que están en la película son completamente reales y las personas que aparecen ahí no son actores, son personas de la vida real y que genuinamente creen en toda esta idiosincrasia que está presente alrededor de las montañas. Por ejemplo, en las comunidades cercanas al volcán, existen unos personajes llamados Tiemperos, que van a hacer rituales para pedir la lluvia y la cosecha. Ismael tiene las mismas convicciones que estos personajes, el de verdad cree que existe un espíritu en el volcán y no solo en este volcán sino, en todos los volcanes de México y cada volcán tiene sus propias cualidades religiosas, por así decirlo. Todo lo que Ismael dice es exactamente lo que él cree.

Fotograma: Las nubes bajo el volcán

KV: En este sentido, ¿tú crees en el espíritu del volcán?

AR: Creo que para hacerte partícipe de ciertas experiencias debes de aceptar la creencia de cierta magia. A mí me parece impresionante esta idiosincrasia, esta mezcla de una religión católica con una religión mesoamericana. La verdad es que yo sí he llegado a sentir cosas allá arriba que no he presenciado, que no he experimentado en ningún otro lugar del planeta. Estar ahí en esos páramos que no han sido visitados en muchos años es una experiencia mágica, ver la lava correr, es una experiencia estética, incluso hasta religiosa, de otro tipo. Si me preguntas si yo creo que exista algo así, me gusta pensar que sí.

KV:De los poemas que presentas en Las nubes bajo el volcán, me atrevería a decir conjuros que se pronuncian al espíritu del volcán, que aparecen en tu corto, ¿son todos de Gerardo Murillo o tomaste algunos de origen popular o de alguna comunidad cercana al volcán?

Fotograma: Las nubes bajo el volcán

AR: Los que aparecen al inicio y al final son de Gerardo Murillo, el Dr. Atl, un extraordinario pintor, uno de los más importantes de cierta época de la plástica mexicana, pero además era un extraordinario vulcanólogo. A mí me gustan mucho los volcanes, de hecho, me he encontrado con la figura del Dr. Atl en muchas ocasiones. Él fue uno de los primeros que llegó cuando nació el volcán Paricutín, que es el único que ha visto nacer el hombre. Incluso se dice que su muerte estuvo influenciada por todos los gases tóxicos que respiró en esos momentos. Él amaba los volcanes, no solo el Paricutín. Tiene todo un libro de poemas que se llama Sinfonías del Popocatépetl, que es de donde surgen estos pequeños textos, pero hay otro, más o menos a la mitad, quizás es al que te refieres, es una especie de conjuro al volcán, esta es una oración que los alpinistas acostumbran rezar cuando suben una montaña. Antes de subir una alta montaña ellos piden permiso. Yo tomé esta oración y la adapté un poquito al Popocatépetl. 

KV: El sonido de tu corto, además de evocar al aire, evoca al mar. Por otro lado, en la fotografía el Popocatépetl, se muestra imponente y al mismo tiempo sereno. ¿Esto se debe a una dualidad de significado dentro de la trama del cortometraje?

AR: Sí, el corto tiene muchas ideas de la filosofía oriental, de hecho, el cómo inicia y el cómo termina de una manera muy similar, podríamos decir que es cíclico. Como lo mencionas, tiene que ver con la dualidad y con el renacer. Está relacionado con la parte del medio del cortometraje. A mí me gusta decir que esta historia se parece al mito de Ícaro y Dédalo, donde Ícaro, por volar muy cerca del sol, de la luz, de la belleza, también vuela muy cerca del peligro y pierde las alas. Ese es el riesgo al que se enfrentan estos alpinistas. Al tratar de llegar muy cerca de la grandeza y de ver cosas que muy pocos humanos pueden soñar con ver. En ese sentido, todo ese tipo de ideas coexisten o están relacionadas con el inicio y con el final de la película, que justo tienen que ver con la vida y la muerte, con lo bello y el peligro. 

KV: Tu corto muestra ser interdisciplinario. El sonido, la fotografía, la poesía y la trama forman un conjunto muy bien logrado, ¿fue difícil encontrar un balance entre disciplinas?

AR: No me gusta pensar en el cine como una mezcla de todas las demás artes. Creo que es otra cosa, pero en sí, es una disciplina que involucra totalmente a la imagen y al sonido, algunos dirían que quizás al teatro y a la literatura, pero me parece que está es una idea incorrecta, o que debería considerar aspirar a otra cosa, no a una especie de hijo bastardo de la literatura y el teatro. Es innegable la cualidad interdisciplinaria de una obra cinematográfica pese a que posee un lenguaje muy específico que no está presente en ninguna otra de las artes. Creo en el cine como un arte que tiene su propio lenguaje, sus propios códigos, sus propias maneras de contar historias y en ese sentido, pensaría que fue muy natural el proceso de montaje.

Fotograma: Las nubes bajo el volcán

KV: ¿Qué significa para ti y para tu trayectoria profesional, estar en el Festival de Morelia?

AR: Siempre es un gusto estar en Morelia, porque además de ser uno de los festivales más importantes de América Latina también, yo nací en Morelia, entonces da alegría estar seleccionado nuevamente en este festival. Es un escaparate importantísimo, tanto para los realizadores como para el público en general. Ahí te encuentras una serie de piezas que difícilmente vas a ver con la facilidad con la que se da, más ahora en tiempos de pandemia, en donde te lo ponen a través de Cinépolis Klic, estas plataformas virtuales. Significa que tu corto, que tu película, que tu trabajo sea visto por muchas más personas. Sin duda estar en Morelia es un crecimiento importante, es una buena oportunidad para que la gente conozca tu trabajo.

KV: ¿Qué es lo que sigue para Adán Ruiz?, ¿cuál es tu nuevo proyecto?

AR: Ahorita estoy produciendo dos largometrajes y estoy escribiendo uno, pero también me estoy tomando un poco de tiempo para terminar otros proyectos creativos. He estado escribiendo bastante por lo que estoy un poquito en pausa, pero a la vez estoy produciendo estos dos largometrajes.

Fotograma: Las nubes bajo el volcán

*Karla Vivanco

Karla Vivanco. Coordinadora y editora en Vertedero Cultural, sitio web de
difusión para la cultura y las artes, escritora ocasional, amante de la poesía y la pintura con acuarela. Tiene variados y difusos gustos por la vida y sus vicisitudes. Actualmente tiene 20 años y es estudiante de licenciatura en Literatura Intercultural en la Escuela Nacional de Estudios Superiores, unidad
Morelia, UNAM.


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