Una viñeta de un instante que dura sólo unos momentos. Segunda entrega de Bahía Negra, la columna de Alicia Mendez Medina.
Haciendo ceritos en la pista Helena; la más cumbanchera, la matrona, la ma montra. 70 años después, con el altar encendido, recuerda: “A pico e botella. No cogía esa, no barajaba pleito. Con mis cinco muchachos, las compañeras y las noches que nos amparaban, bregando por las callejuelas de una herrera que eplotaba. Los cinco muchachos dejaron de serlo. Las barras no me quitan mi “tumbao” La dueña del motor, la ma velduga, del 9 al 12, del 12 al 13 Una madruga de aquellas; ―Vamo a baila, mamasota No, viejoeldiablo Aqueroso ―Tu verá, coño, Retrechera, Viralata, orillera. Desde la “Carreta hasta el Petitt Chateau” por toda la Isabel Aguiar se escucharon los gritos de La compañera; otra que era muy montra, muy bacana. Helena soñaba con pasarle la faja de tigueraje y cumbancherismo. Al día siguiente todos decían que Tito el guachi la había arrastrado por toda la zona; Tierra de todos, un poco de nadie a esa hora. Los primeros en llegar a la avenida son los chóferes de carro público el comentario del rebù de la noche anterior estaba regado como el humo en la zona industrial. El friturero decía: “¿y eto taco morados frente al carrito de quienes son, tan nuevo?”. La peluca rubia fue vista frente al Contri y el chorro de sangre en la entrada del 12. Helena, la más cumbanchera, La ma montra, La matrona, La mà desacatà, El biberón de herrera; salió como de costumbre la noche siguiente; con su vestido de lentejuelas, el leguemime, su peluca artillada y todas las botellas de ron en su cabeza. Bailó hasta perder el sentido… Una sopa de vísceras pidió, con mucho picante a la mañana siguiente al friturero. Mientras el cuerpo de Tito el guachi yacía en el pavimento frente a la parada de moto concho.

*Alicia Méndez Medina
Nací en Santo Domingo, Republica Dominicana, el 6 de junio de 1986. Soy de la barriada de Herrera en Santo Domingo oeste. El entorno, las luchas, las historias sobre la frontera de donde es originaria mi madre me han permitido construir y reconstruir unas historias transnacionales centradas en la marginalidad de una barriada diversa, empobrecida, alejada y hermosa.
Estudié Arte Dramático mención dramaturgia en la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD); antes que eso Comunicación Social mención Periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), aún por culminar. Pertenecí a la poesía coreada de la Universidad, esta militancia en la declamación me permitió conocer muchos rincones de esta tierra.
En el 2020 participé con un texto en el Fanzine Pandémico de la colectiva Catalina Clandestina de Argentina. Participé con un texto poético en la antología Te quiero mi cielo de la editorial chilena La Fonola Cartonera en 2018