Elizabeth Castillo & Teina Patiño | Imagen: Mx R.A
VERA (2019, dir. Juan Ordorica Fernández) forma parte de la Sección de Cortometraje Mexicano de Ficción del #FICM2020. Después de un encuentro apasionado con su novio, Vera descubre una aterradora imagen que amenaza su futuro; una prueba de embarazo que da positivo. VERA es un cortometraje de sentimientos encontrados, empoderamiento femenino, y, además, toca un tema muy controversial actualmente en México: el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, es decir, el aborto.
Juan Odorica Fernández ingresó en 2016 al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), en donde actualmente está cursando el cuarto año de la carrera de cinematografía. Desde que entró al CUEC, ha realizado tres cortos de ficción y un corto documental. También ha colaborado en otros cortos como AD, AF, fotógrafo, editor, sonidista, editor de sonido, diseñador sonoro y mezclador de sonido.
Elizabeth Castillo (EC). ¿Qué los inspiró para realizar este cortometraje? ¿Cuál fue la fuente de inspiración?
Juan Odorica (JO). El cortometraje es un ejercicio académico, nosotros en tercer año tenemos que hacer un cortometraje de ficción, la temática es libre y justo yo tenía la idea de hacer un cortometraje que tratara el tema del aborto, abordándolo fuera del tono melodramático que se le suele dar, y más bien quise tratarlo con un tono más ligero y con momentos de comedia. Creo que eso es algo que no se suele hacer con este tema, ya que se le suele tratar de una manera melodramática y moralista. Por ejemplo, en las pelis, las personas que abortan siempre son personajes moralmente dudosos y yo dije: por qué no hacemos una peli de una morra que tiene muy claro que no quiere ser mamá por cualquier razón y que aborta sin ningún problema.
Ulysse de Maximy (UM). El ejercicio, como tal, se alimenta en un inicio de ¿quién lo dirige?, entonces, la inspiración la aportó Juan y nosotros llegamos a apoyar en el proyecto. Y sí, es un corto que presenta a esta chica en un contexto que no es desconocido para Juan y es una historia de las muchas historias que pueden ser protagónicas sobre el aborto.
Frida Meza (FM). Justo como dice Uly, creo que el director y el guionista son los que siempre nos va llenando de ideas y cada quien, desde su área, ve que puede agregar de su propia cosecha, de su propia imaginación, de sus experiencias, de sus contextos y agregarlo en el área que le corresponde, por ejemplo en mi caso, con la fotografía; yo sentía que era una situación muy íntima, que era un relato que sucede en espacios íntimos, como en casas, en un hospital, espacios sencillos en los que la luz tenía que trabajar, es decir, la luz no podía aportar una atmósfera que hablara más allá de lo que Vera siente.
Teina Patiño (TP). Y hablando de Vera, ¿qué es lo que más les gusta de ella como un personaje constituido en el corto?
JO. Para el personaje de Vera, yo castee a una amiga de la escuela de teatro de la UNAM, el personaje de Vera siempre estuvo muy ligado con ella. Desde que lo escribí, yo pensé en ella, por su actitud, no sé si el personaje de Vera hubiera funcionado si alguien más hubiera interpretado el papel. El carácter de Vera, el desarrollo del personaje siempre estuvo muy ligado al carácter de la actriz. Yo terminé muy satisfecho con el trabajo de Saidde, la actriz de Vera, creo que lo hizo bastante bien.
UM. A mí lo que más me agrada de Vera es que es un personaje decidido, es ella quien toma las decisiones, tiene carácter para tomar la decisión y, aunque no se señalan sus acciones como buenas o malas, ella es la que se enfrenta a los obstáculos y enfrenta a la gente.
FM. En mi caso, lo que a mí me pareció más interesante es que no era un cortometraje que pretendiera retomar elementos del feminismo actual, en el sentido de politizarlo, sino que se narra desde una perspectiva más concreta: solo se habla de una mujer que quiere abortar y lo va a hacer. Me parece muy valiente tener una postura así de objetiva respecto a una situación que está permeada de tantas perspectivas y juicios,.
EC. Siguiendo con el personaje de Vera, ¿fue difícil para ustedes mostrar a Vera como un personaje tan determinado?
JO. El proceso de escritura fue algo que me cuestione muchas veces, como el aborto es algo que yo no nunca voy a vivir como ninguna otra mujer, pues sí tuve muchos nervios y dudas, no sabía si lo estaba tratando de la forma correcta. Pero pude hablar con algunas chicas que pasaron por esa situación y con médicos que realizan abortos y me di cuenta que hay de todo; Vera no viene a eliminar las otras experiencias de otras mujeres, me di cuenta que estas experiencias dependen mucho del contexto de las personas o de su personalidad. Justo por eso el cortometraje se llama Vera, porque estamos contando la experiencia particular de este personaje, no se trata de invisibilizar las experiencias de otras mujeres que llevan el aborto como un proceso difícil, porque también las hay.
UM. Así es, las dudas vienen de una persona que no va a vivir esa situación, pero lo importante aquí es que sí hubo un trabajo de investigación, Vera no se construye nada más de la imaginación, hubo un trabajo con especialistas, con médicos y con chicas que pasaron por el proceso y que se abrieron con Juan, él se encargó de investigar esto y contamos la historia de esta experiencia en particular, porque las experiencias son múltiples. Y justamente vemos el caso de la amiga de Vera, que, aunque sabemos que es un personaje que probablemente no abortaría, siempre está apoyando su decisión, la multiplicidad de experiencias no se puede captar en una película de 20 minutos.
EC. ¿A qué problemáticas se enfrentaron al realizar este corto?
JO. El dinero siempre es un problema, aunque desde el principio el proyecto se planteó con bajo presupuesto, si intentamos recaudar fondos. Lo que se hizo, se hizo con lo que teníamos al alcance: la casa de Vera es mi casa, la clínica donde va a abortar Vera no es una clínica, es nuestra escuela, aprovechamos que nuestra escuela parece clínica. Entonces, el dinero siempre es un límite, pero te toca adaptarte.
UM. Otro problema al que nos enfrentamos fue conseguir niños y adultos mayores para grabar, muchas veces los cortos y los actores suelen ser estudiantes que nos ayudan, porque el presupuesto no alcanza para pagarles su trabajo y nos valemos de la ayuda de la gente, de su generosidad y nos toca acoplarnos a sus horarios, ya que no nos pueden ofrecer su tiempo en cualquier momento. O, por ejemplo, los niños que aparecen en la película son mis sobrinos, la hermana de Juan, son los hijos y padres que nos regalaron tiempo, porque mientras grabábamos tenían que estar los padres, ellos también nos dieron su tiempo.
FM. Creo que otro problema que no han hablado, es uno mismo, en mi experiencia, la carga emocional es muy fuerte, es decir, después de veinte clases te tienes que salir a hacer un corto y te cuestionas: ¿hago lo correcto?, ¿lo estoy haciendo bien? Es un proceso que se vuelve muy desgastante, como ver los errores y qué aprendes de ello para no volverlos a cometer, pero uno mismo suele ser otro obstáculo.
TP. Para terminar, ¿qué reflexión o qué consejo les dejarían a los espectadores y a los universitarios como nosotros, a las personas que lean esta entrevista?
JO. Lo que yo he reflexionado en la carrera es que al final del día la universidad te da las herramientas, hay cosas que tal vez no sean tan estimulantes como algunas clases, algunos maestros, pero aun así tienen la inquietud de hacer cine, por ello hay que aprovechar al máximo lo poco que tenemos, aprovechar lo que si tienes y aventurarte a explorar tus inquietudes y reflexionarlas.
UM. Sí, yo creo que nadie se haya completamente en algún lugar, pero siempre puedes intentar sacarle el mayor provecho a las cosas, y también, no pedirle peras al olmo, es decir, no ir a la escuela, a la universidad, pensando que te van a dar la clave de cómo hacer cine, no buscar en la escuela la vida, la vida está allá afuera, la escuela solo te da herramientas para reflexionar. También dejaría la frase “darle la vuelta a las cosas”, reflexionar sobre tus aptitudes y luchar por lo que quieres, tu reflexión la tienes que defender, la universidad solo te dan maestros, te dan equipo pero tú tienes que defender tus ideas, tus reflexiones, tu esencia.
FM. Defender tu esencia está relacionado con aprender a valorar tu historia y de dónde vienes, valorar esto termina aportándote mucho, a mí me pasó, por ejemplo, que atravesé un proceso doloroso, oscuro y raro, que me costó mucho trabajo, reconocer que mi contexto me estaba complicando mucho mi día a día. Yo vivo muy lejos de la escuela, entonces, diario me hacía dos horas de camino, llegaba cansada, salía a las nueve y llegaba a las once a mi casa, me quedaban cinco horas para dormir y otra vez al día siguiente me iba a las siete de la mañana y era muy abrumador. Además, se me presento que no tenía las herramientas que la universidad te pedía, ya sea una cámara o una computadora y eso me daba pena, me daba vergüenza aceptar que no me estoy acoplando porque mi contexto no me lo permite, pero después de tanto sufrirlo, decidí que no me iba a revictimizar y que aceptar de dónde vengo y le da sentido a lo que pienso y a lo que tengo. Yo les dejaría la idea de reconocer con orgullo quienes somos, por doloroso o vergonzoso que sea y que eso no se vuelva una limitante para seguir estudiando, para seguir desarrollando tus aptitudes, al contrario, que te sirvan de trampolín para saltar más alto.

**Teina Patiño Piña
Estudiante de literatura en Morelia, es feminista y artista visual, sus intereses giran alrededor de la literatura escrita por mujeres, dibuja y pinta desde los 9 años, lo que la llevo a dedicar gran parte de su vida a estas artes. Le gustan los gatos, la nieve de vainilla y reír mucho. Actualmente tiene 20 años, escribe poesía mal hecha y ve mucho anime.