Juan Jesús Jiménez | Imagen: Ximena I. González Jácome||
Juan Jesús Jiménez escribe una serie de poemas breves que se transforman en imágenes poderosas y subversivas desde el primer hasta el último verso. Versos de corto aliento pero larga permanencia en la memoria.
La primera ola
Los muros hechos agua; la de peces, la de remolinos. Murmullos que se observan como mariposas negras. Los muros atraen sonidos. Se comparten, se alejan; olas que reducen las arenas a ser sombra del agua.
Arrecifes y otras rocas filosas
Es domingo en la mañana. Mi cabeza repite las nubes desde un patrón inconcluso; como de la tela, una araña. Acabo de despertar, con la boca abierta, con mis gritos sobre la lengua, con los dientes que mi hartazgo toca y la soledad que ante mí, mengua. "Soñé, soñé contigo de nuevo" le digo a tu espejo "pero como si estuviera muerto" y respiro ese sueño.
Los restos del capitán Nemo
¿Hemos estado aquí antes? ¿Es que ya hemos caído así? -se derriten nuestras almas- ¿Qué habrá sido de los amantes? El mundo se eleva, hasta la luz que llora el tiempo, las llamas. Y se escapa una burbuja de anís, que se hunde ante el cielo azul. ¿Me has dicho esto antes? -se condensan a la mar- ¿Hemos sido los amantes? -y vuelven hechos sal.
Ojitos de pez
Rodar en tres metros, como haciendo espirales entre mis ojos y el techo, imitando a los vitrales. Derritiéndose al calor de escamas nostálgicas revueltas; campos de arroz y estrellas mágicas. Nadar como peces koi, entre el cuerpo y el alma. Mirarnos como los koi, tentando al karma.
Los maremotos
Puedo sentir como me reclama, llenando mis manos al pasar, puedo sentir que vuelve a llamar, que ya nunca me va a dejar. Que me golpea con fuerza de nuevo, que se vuelca sobre mí, tumbando el suelo. Puedo sentirlo, sentir que al final muero, como lo haría el tiempo en pleno vuelo. Mi casa se inunda, se hace agua. Golpeo los arrecifes, las rocas, mi taza, el café, las hojas. Me tragan los muros, el agua.