La pandemia nos ha robado muchas cosas: seres queridos, conocidos, estabilidad emocional, estabilidad económica, calor humano, y, sobre todo, la libertad de salir a la calle. El 8 de marzo del 2021 —como todos los días— es el día en el que mujeres de todas partes del mundo alzamos la voz en contra de los tratos injustos y las violencias que sufrimos a diario. Decidimos abrir este espacio para visibilizar a más mujeres escritoras y poetas para que hoy y siempre la literatura, las artes, las ciencias, la tecnología y la vida sean nuestras.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer y en vista de que podemos tomar las calles por la crisis sanitaria, tomamos los espacios virtuales.
Vertedero Cultural lo hacemos todAs, todos, todxs.
KV
Mujer
remolino sin tiempo, sin forma,
buscando lo etéreo te conviertes en materia.
Vidas pasadas y sueños de viento acechan tu esperanza,
páginas de vida se borran día a día,
ya no queda más que un último lamento.
Los gusanos se comen tu letargo en minutos circulares,
las arañas caminan por tu pecho
y las larvas comienzan una vida.
Te mofas de los corazones hipócritas al compás de un reloj
y cada latido profundiza tu tumba.
La vida te ha tendido una gran encrucijada:
Desaparecer en el silencio o
dar media vuelta a la noche.
Estás condenada a morir cada invierno o cada verano,
tus huesos serán triturados por fantasmas que
embargarán tu cuerpo,
cobrarán la renta de tu fe, comenzando por los pies;
te sacarán los ojos
y masticarán tu sexo
para regalarlo al insecto más cercano.
Los estúpidos gritos de los días
no pueden salvarte del mismo aire...
El Aleph te excluye de su vientre.
que obstruyen mi garganta,
que saturan mi estómago,
fingiendo un estallido repetido. Siento hastío y cansancio
Luego quiero creer que es bueno estar vivo,
que si dejo de pelearme con el mundo
dejará de estar podrido.
Quiero imaginar la eternidad de un ave
o ver como el niño de a lado
tira a su pecho con una resortera
y sentirme impasible ante tal ironía.
Quiero caminar por la calle sin tener pena,
dejar de enojarme con el ruido de los carros
o con los tontos transeúntes
que no saben torear su vida,
sentarme a respirar el smog
de este común denominador que se llama Tierra.
Necesito vomitar las palabras que obstruyen mi garganta
Y creer después de todo…
no es tan malo estar vivo.
Prominencia
y a tientas sobrevivo entre la tierra y el viento,
estoy cayendo,
está profundo y no tengo miedo.
No necesito tu aire
ni ver más con tus manos,
las mías están perdidas en el agua,
se mecen como peces… en silencio
los gusanos se comieron mis recuerdos
y bajo tierra muero y vuelvo a nacer,
me reconozco.
La claridad ha llegado a mi vida,
en mi pasado conocí la luz baladí
y hoy me corono.
Ya no puedes dañarme más
soy veneno a tus ideas y apetitos,
soy menos que una diosa y más que un ser humano,
soy idea de vida, de muerte;
soy tu sombra y me convierto en tu castigo
por los siglos de los siglos.

Lucia Yunuen Cabellero Bautista
Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas, Maestra de Literatura, Promotora Cultural, Narradora Oral, Coordinadora del movimiento Trovándaro. “La canción vive” en Morelia.
Amante de los libros y la vida, del olor a café y a duraznos en almíbar, de la poesía y de los cuentos, de la música de protesta y de contenido social, de respirar profundo y ser consciente de que puedo hacerlo.
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