La lucha por la defensa de las mujeres y del agua es la lucha por la vida
Presentación
Me nombraron Lucía Isabel, pero algunxs me llaman Lucy o Luchy. Yo prefiero siempre Lucía. Con demasiado romance, y últimamente mucho dolor, me reconozco mexicana. Cuentan que cuando nací, entré a la sala de partos con los ojos completamente abiertos, los primeros años de mi vida casi no dormí para no perderme de nada y ya después me convertí en una curiosa especializada, ósea, en antropóloga.
En esta columna pretendo escribir reflexiones sobre lo que observo con ojos de mujer y feminista latinoamericana, de lectora viajera, fisgona compulsiva, mirona astigmata y de humana que todo lo registra Con Ojos de Videotape.
Que fluya la sangre, el agua y la vida… La lucha por la defensa de las mujeres y del agua es la lucha por la vida
Es una curiosa (y poderosa) coincidencia que en el mes de marzo se junten el Día de la Mujer y el Día del Agua, que más que conmemoraciones se han convertido en la oportunidad de tener escasas 24 horas para poner en la mesa con seriedad la emergencia de luchar por la vida. Cuando pienso en Agua y Mujer me vienen a la mente palabras como: fertilidad, flujo, mojarse, Tercera y Cuarta ola y el prólogo de la versión latinoamericana de Tsunami: Miradas Feministas. Por otro lado, me entero de que Yemayá es la deidad de la mitología Yoruba asociada a la fertilidad y al mar y por ahí recordé que una diosa llamada Maa Ganga custodia y habita el Río Ganges que conduce a los espíritus al moksha. El vínculo entre Agua, Mujer y Vida está presente en la mitología, en nuestros cuerpos y hoy más que nunca en nuestras luchas cotidianas.
¿Qué tienen en común el mar de Yemayá, el Ganges de Ganga y la contaminación exacerbada? ¿Por qué la privatización y la explotación de cuerpos leídos femeninos es similar a la que ejercen con los cuerpos de agua? ¿Por qué esta triada de mujer/vida/agua es tan simbólica más que nunca en la era del capitalismo gore[1] neoliberal atroz y patriarcal? ¿Y por qué, sobre todo, nos incumbe esta lucha?
El factor económico y cotidiano de este lado Latinoamericano
De acuerdo con el periódico mexicano La Jornada, en 2020 las remesas salvaron los hogares mexicanos representando casi un 40% del ingreso durante la pandemia.[2] Pero la estadística invisibiliza los rostros de aquellos responsables de enviar las remesas: los hombres. Así, mientras la mayoría de los hombres que provienen de contextos rurales en Latinoamérica abandonan sus comunidades para migrar a Estados Unidos o migrar a las ciudades para conseguir los recursos económicos, son las mujeres quienes se encargan de la cotidianidad. De la administración del hogar, de la crianza y de sustentar la vida misma. Dentro de estas responsabilidades de administración del hogar se encuentra el facilitar el acceso y abasto de agua. Por ello, en las últimas décadas quienes han tomado la batuta comunitaria en temas que tienen que ver con el territorio, su administración y el cuidado del patrimonio natural han sido las mujeres, volviéndose así el foco de atención para la represión del Estado.
Llevo unas semanas atrapada (por voluntad propia) en el universo de la académica, activista y escritora mixe (ubicada en la Sierra Norte, Oaxaca) Yasnayá Aguilar Gil. Su activismo por la supervivencia de las lenguas indígenas y por la defensa del Agua en su natal Ayutla, la volvieron un personaje que ha recibido un foco de atención relevante. En su artículo para la Revista de la Universidad Autónoma de México titulado: “Agua con A de Ayutla”[3], narra los hechos que ocurrieron el día 18 de mayo de 2017, cuando grupos armados entraron a aterrorizar su comunidad dejando herida de gravedad a una mujer anciana, herido de muerte a un compañero y en el que secuestraron a cuatro mujeres de la comunidad, simultáneo al cierre de las llaves de acceso al manantial Jënanyëëj que detuvo el abasto de agua para todos los hogares de Ayutla.
Yasnayá menciona:
“La impunidad de la violencia inefable ejercida sobre las mujeres de Ayutla sigue impune a pesar del esfuerzo sostenido. La violencia sobre la tierra y nuestro territorio se actualizó sobre las mujeres”
Yasnayá Aguilar Gil
Esta violencia real y simbólica del Estado es de nuevo un mensaje claro para todas: “No se involucren en la lucha”.
¿Cuál es la obsesión del sistema capitalista patriarcal por privatizar y explotar a la mujer, a la tierra y al agua sin importar derramar sangre, cuando se trata de que el agua y la sangre fluyan en sus cauces naturales? Cuando nos referimos a que se va a caer no hablamos desde las entrañas insensatas de tirar una estructura porque sí, hablamos desde la urgencia de que emerjan nuevas formas diversas de convivir que dejen de perpetuar violencias sistemáticas hacia todos los géneros, culturas, especies y entornos naturales.
Después de estos eventos Yasnayá, como decimos en México, se puso las pilas y comenzó un movimiento de defensa del agua en Ayutla que fue apoyado por artistas e ilustradores mexicanos para lograr la justicia de su comunidad y sobre todo la distribución del agua que por derecho humano y autonomía les pertenece.
Pero ella no es la única, Ely Zarate la líder guaraní, lucha junto con su comunidad desde su trinchera en Bolivia para detener la construcción de la Hidroeléctrica Rositas que afectará a 12 comunidades más además de la suya. Otras iniciativas por el derecho al agua y su salvaguarda en el mundo comienzan a tener especial atención. Este año la Global Alliance for Green and Gender Action lanzó la campaña Las Mujeres Somos Agua, que tiene el objetivo de destacar el rol, las demandas y las acciones de las mujeres alrededor del mundo que garantizan la protección del agua frente al cambio climático y las amenazas del sistema económico. Para conocer estas iniciativas pueden hallarlas con el hashtag #LasMujeresSomosAgua
Y a todo esto, entonces, ¿por qué nos incumbe esta lucha? Pues, nos incumbe porque las mujeres y el agua seguimos siendo constantemente privatizadas, contaminadas, explotadas y extraídas por el sistema, por ello nuestra lucha sigue y es una sola, nuestra lucha es por el derecho a la libertad y a la vida.
———
[1] Se refiere al término acuñado por Sayak Valencia el cual hace referencia a que: “En la epistemología del capitalismo gore, la violencia tiene un triple rol: como herramienta de mercado altamente eficaz; como medio de supervivencia alternativo; y como mecanismo de auto-afirmación masculina.”
[2] Consultado en: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/03/22/economia/remesas-salvavidas-de-hogares-mas-pobres-durante-la-pandemia-bdem/
[3] Consultado en: https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/f03bc7f3-df5a-460f-b2fe-ad5dd1b91fba/agua-con-a-de-ayutla


Lucía Di-Bella
Soy antropóloga, mexicana, virgo ascendente virgo y señora de las plantas. Mis temas de investigación favoritos son la niñez femenina y la relación entre mujer y trabajo. Tengo una iniciativa de lectura y escritura para niñas llamado Proyecto Mandrágoras. Amo leer, viajar, caminar en el bosque, meterme en cascadas, prender palo santo y adoro a mi gatita Circe.
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