El desfile de los ausentes es el más reciente trabajo de animación del director Marcos Almada Rivero. El creador es reconocido por sus trabajos para niños, como la serie de libros protagonizados por Óscar, el tlacuache, o El Show del Dr. Gecko, cápsulas animadas para la difusión científica. Sin embargo, en esta ocasión nos presenta un corto transversal entre lo infantil y lo social, explicando de una manera diferente la vieja historia de la violencia.

La historia es la narrativa del régimen totalitario que desaparece a la disidencia. Observamos una ciudad distópica, llena de colores ocres, luces parpadeantes y ventanas cerradas. La protagonista, una mujer paloma, mira desde su ventana cómo el desfile del rey burro invade las calles: hay música, baile y regalos para todos, y el séquito avanza regalando dulces a los pobladores antropomórficos; pero, de repente, este desfile es interrumpido por una pequeña manifestación pacífica. En vez de detener el paso de la marcha se busca exaltar al público, más regalos y más festejo para encubrir la represión de los manifestantes. Parece que nadie se ha dado cuenta, la vía continúa, pero un pequeño zorro periodista fotografió la situación.
El desfile de los ausentes es una de esas obras que tienes que ver dos veces, no porque la primera te deje la sensación de no haber entendido, pues en este caso el “de qué se trata” es bastante claro, sino que cada vez que miramos el corto encontramos nuevos elementos que lo llenan de significado. Aunque se trata de una narrativa ampliamente utilizada en obras literarias y fílmicas (como La rebelión en la granja, 1984, Un mundo feliz, etc.), el autor logra darle un giro al hacer uso de elementos de la fábula. Un prejuicio común es pensar a la fábula como infantil y a lo infantil como sencillo, sin embargo, más que sencillo, los elementos se vuelven universales.
En este corto lo importante ya no es la historia personal de cierto gobernante o de cierta manifestación, sino el desarrollo del sistema violento que causa las desapariciones. Como el propio autor lo menciona en la entrevista que dio para el Tecnológico Nacional de México (2021), la animación con seres animalescos permite que mucha más gente se identifique, ayuda a romper la barrera de la raza, el idioma, la religión, etc. Si bien la historia nacional está plagada de estos horribles acontecimientos, y el autor reconoce la influencia que sobre él tuvo la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, me parece un acierto apelar a la universalidad de la fábula.
Si bien el corto de diez minutos puede parecer sencillo, pues es una historia conocida, el análisis nos revela la importancia de cada elemento. Se trata de explicar, de forma clara, procesos sociales importantes como las cortinas de humo, los famosos “títeres de gobierno”, la represión de la prensa, la formación de agrupaciones antigubernamentales y las desapariciones forzadas, cuestión que da título al corto.