¿Qué esperamos cuando regresamos a casa? La llegada del hijo pródigo. El regreso a las raíces después de un largo viaje es un tema viejo y ampliamente tratado, pero no por eso pierde vigencia. Volta Seca retoma el tópico para traerlo a lo cotidiano, la historia se desarrolla entre personajes comunes, una típica familia brasileña. La hija mayor vuelve de la gran ciudad Sao Pablo en busca de la casa en que vivió de niña y de la que no sabe hace mucho.

Probablemente el mayor acierto del cortometraje es no hacer demasiado alboroto para denotar que el personaje principal es transgénero, incluso podríamos pasar inadvertidos si no ponemos atención al par de diálogos que lo descubren. Aunque en ese sentido es destacable el conflicto con el pasado (pretransición), no es necesario para entender el corto. No se trata de eso, se trata de la pertenencia. La mujer ya no es parte del pueblo al que visita tomando fotos como una turista, se siente extraña a la hora de cenar y al sentarse en el bar con un hermano que ahora es un extraño. Sin embargo, también está en busca de sus raíces, el lugar de la infancia siempre es parte de lo que nos configura como personas, el obsequio del rollo fotográfico es simbólico en este sentido: “así podré saber un poco más de quién es mi amiga”.
La vuelta al origen es siempre una búsqueda de respuestas, en ocasiones unas son para quien viaja, otras son para quien se queda. El hermano menor es otro personaje con sus propias preguntas, escondidas en el trabajo inconcluso de un padre que lo abandonó; para él, las cámaras y los VHS son el viaje. La respuesta que espera llega de improviso junto con su hermana, el recuerdo de una infancia lejana y borrosa que él nunca comprendió regresa a la ciudad. No hay entre ellos reclamos ni promesas, sólo un triste consuelo y un par de recuerdos compartidos. La conversación, como el desarrollo de todo el corto, es tenue, melancólica, real por falta de adornos.
La parte más dura está representada por la madre, una mujer fuerte, endurecida por una vida difícil e inclemente con los hijos. A lo largo de la obra es ella quien más peso parece ejercer sobre ellos, con una mirada los empuja a cuestionarse sobre sí mismos, sobre si lo que están haciendo es lo mejor. El final es, por esto, más duro de lo que parece, la protagonista se enfrenta a prejuicios y estándares que ya no la representan, pero la cuestionan desde su supremacía.
Volta Seca nos presenta un problema ontológico en una realidad cotidiana, no hay adornos, no hay drama, e igual de reales son los sentimientos que causa.