Finitud. Textos alrededor de la muerte// Dossier

Retrato Post-Mortem
Presentamos un cuento que entreteje la realidad de la pandemia con el concepto abstracto y a la vez tangible de la muerte.

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La Muerte y el Nadie

Este texto es parte de nuestro Dossier Finitud: textos alrededor de la muerte

Hórror vacui. Loc. lat. que significa literalmente ‘horror al vacío’. Se emplea, en el campo del arte, para referirse a la tendencia a llenar todos los espacios de elementos decorativos.

Real Academia Española

La madre de Frida murió debido a complicaciones ligadas con el SARS-CoV-2, y cuando fui a visitar a Frida un viernes por la noche, una semana después de ocurrido el deceso, ella se abalanzó sobre mí en busca de mis brazos, para después dejar salir la tormenta que habitaba en su pecho, toda la lluvia contenida que llevaba dentro, brotando lágrimas a borbotones que con el pasar de los minutos fueron empapando mis ropas e hidratando a las plántulas que yacían bajo nuestros pies.

Al ver que su dolor no cesaba y amenazaba con llevarla a un colapso nervioso, a una privación que a la vez podría dejar al mundo sumergido en una versión actualizada del diluvio universal, decidí preguntarle si ella creía en la existencia del más allá, en la vida después de la muerte. En eso pude sentir cómo Frida alzó su cabeza, cómo sus cabellos lacios y oscuros se desvanecieron para revelarme un rostro brillante, para después afirmar sin vacilación alguna, sin ningún atisbo de incertidumbre, que, en efecto, así era, trayendo a colación sus raíces cristianas y la promesa hecha por el nazareno hacía dos mil años atrás, un mensaje que decía que aquel que creyera y pusiera en práctica sus enseñanzas tendría garantizada la inmortalidad.

Seguido de esa afirmación, que pareció resonar en todos los rincones de la calle, le pregunté entonces el motivo de sus lágrimas, ya que para mí adolecían de sentido, pues si la muerte no era el final del trayecto, por qué acongojarse, por qué reventar hasta llover. Le aclaré que yo era el que debería estar al borde de la histeria, al no tener esperanza o certeza alguna de vida después de la muerte, y que varias partes de mí estaban hechas trizas por culpa de mi racionalidad, por mi devoción al espíritu científico que me impedía creer en algo tan poético y sublime, simplemente en cualquier manifestación de lo extraordinario.

En eso una ventisca mortuoria apareció de la nada, una sensación de vacío se apoderó de mí y de la calle en la que nos encontrábamos, y pude percibir cómo las estrellas que suelen decorar el cielo se desvanecieron cuales velas moribundas en una noche sin luz. Fue entonces que, antes de derrumbarme, de fragmentarme en mil pedazos, Frida lanzó un par de cohetes para traerme de vuelta, algo que fue en vano, pues me convertí en testigo del vacío cósmico y caí en cuenta de que no hay escapatoria… de que todos vamos a desaparecer.

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Alberto I. Gutiérrez

Alberto I. Gutiérrez

(22 de junio de 1990, San Luis Potosí, México). Licenciado y Maestro en Antropología Social, egresado de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y de El Colegio de San Luis A.C. Ha escrito diversos textos sociológico-literarios, relatos y ensayos principalmente, los cuales han sido publicados en diversos medios como la Revista de Creación Literaria Nocturnario, Revista de Literatura y Arte Monolito, Revista Literaria Tabaquería, Interliteraria y la Revista Albores Caipell. Actualmente, se desempeña como asesor en el sector gubernamental.

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