Siempre quise ser una poeta beat

Cristina Bello
Portada de Pistola de agua, de Cristina Bello
Dos poemas de Cristina Bello donde la voz lírica salta de los versos para plasmarse en la memoria de quien los lea

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Siempre quise ser una poeta beat

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DOSSIER

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Siempre quise ser una poeta beat

Mi madre me regaló una maleta azul 
para cuando decidiera salir de viaje, 
guardé ahí los diarios, tus lucky rojos, LSD 
y los pasaportes falsos. 

Sin licencia conduje el cadillac amarillo
hasta Nueva York / 50 kilómetros por hora 
Lush Life de Coltrane en el estéreo, 
saqué el arma de la guantera 
y como escondida en la nota de ese saxofón 
        disparé. 

Escuché tu voz en mi cabeza 
	no estamos de cacería 
pero yo siempre quise ser una poeta beat y decirte: 
        come on honey, let´s burn it. 
 
Después de incendiarlo todo
aparecerán los espíritus de una manifestación
que soñé durante los años sesenta, 
sostenía una cartulina mientras decía: 
        equal pay for equal job, 
        equal pay for equal job. 
Entonces tomabas mi mano, pero desperté
desperté en el bajío de nuestro país,
decías esto no es Nueva York y estamos perdidos
pienso ojalá el espíritu de Cowen nos guiara
decías hagamos una línea que nos lleve de vuelta 
pienso ojalá pudiera escribir un poema 
sin temer el regreso a casa.   

Quemé todas las palabras que construían la carretera 
y estoy ahí de nuevo, sin auto que conducir
la carretera es cada vez más larga 
como la cola de un roedor
aunque yo sea los incisivos de su hocico 
y los ojos negros que huyen de casa
o mejor dicho, las cuatro patas que buscan la oscuridad.

Un auto se detiene y me observa, 
de cerca me observa
grito que mis piernas ya no son parte de mi cuerpo 
y me elevo por encima de los árboles incendiados
un hombre baja del auto, pregunta: ¿por qué estás sola? 
respondo que no lo estoy 
y pienso en una canción vieja, 
alguna que haya memorizado pensando en mi funeral.

Veo mi rostro en el espejo lateral derecho 
y me pregunto si mis párpados 
tienen la misma coloración que los de Elise Cowen 
antes de lanzarse por esa ventana.

Me pregunto si tendré tiempo de arrepentirme 
y pensar que creo en Dios, 
que siempre creí en él, 
en el que existía bajo mis uñas 
y la bala del estéreo era en realidad una plegaria.  

Me pregunto si tendré tiempo de usar el arma, 
antes de que anochezca, 
o si elegiré los incisivos, el escape,     
conduciré el cadillac amarillo 
a otra parte 
una calle oscura donde me sienta más a salvo,  
no voy a despertar en casa 
y si lo hago, ellos dirán que no sé seguir órdenes 
o escribir luego del incendio.

Sobre la cocina

Estoy aquí sentada desde hace trecientos años,  
plena de la luz 
y enmudecida de la blancura

Adentro de la cocina de barro, fresca y reluciente, 
más adentro, en una jícara donde hierve el agua, 
no, todavía más adentro, 
donde el sonido de la manzanilla 
parece gritar entre la presión de una flama, 
sobre ese hervor se deshace el espanto 

Tomo un cerillo de la caja, 
siempre resulta difícil encender el primero, 
pero es aún más difícil 
conservar su llama volátil,    
aunque yo envidie su nitidez, 
la velocidad con la que recorre los campos  
porque caminar en línea recta no es una de mis virtudes,  
camino más bien mirándome las formas, 
reconociendo su torpeza,   
las quemaduras breves que se me hacen son un recordatorio 
para recoger las flores durante la tarde, 
en días secos, 
carentes del entusiasmo que producen 
las mañanas con rocío

En las manos se me nota el suave tacto de las hierbas,
el piquete del mosquito y de otros insectos que aún no descubro
en la amatoria relación que sostienen con mis flores, 
yo no sé si mis besos se parezcan en algo 
al sonido de los grillos cuando anochece
si también son verduzcos e inmaduros.    

vertederocultural.com

Cristina Bello

Cristina Bello

(Morelia 1995) Licenciada en Literatura Intercultural por la ENES Unidad Morelia, UNAM. Algunos de sus poemas aparecen reunidos en las antologías Novísimas. Reunión de poetas mexicanas (1989-1999) editada por Los libros del perro (2020) y en Discéntricas. Muestra de poesía joven de mujeres bajo el sello editorial de Ediciones La Rana (2021). Autora del libro Pistola de agua por el que fue acreedora al Premio Dolores Castro 2020 en la categoría de poesía.

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