Publicación previa de Melissa Rivas:
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En invierno
En la estación violenta el clima es adverso. En la estación violenta tengo miedo. No moriré en la estación violenta. No moriré en el crujir de ramas secas. Moriré en la maravilla de la lana. En la pasividad del tweed y la franela. Hebra con hebra mi reposo se forma en calidez
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Cose, cose, cose. La Singer cose lo que no pueden mis horas forzadas. Aquí y ahora cose, donde las estaciones cose, lo que pasa llega y se va de saldo, se va al carajo. Cose, cose, cose La Singer cose, cose, cose. Minuto a minuto, a minuto… Cose un hermoso minuto que no puede ser medido en metros, en centímetros de encaje o de chifón. Cose, cose, cose. La máquina de coser que todo cose
Ayer regresó
Desconozco este lugar que fue sus muchas calles y múltiples voces que lo habitan Hoy mi propia voz es un misterio, algo lejano un piso sin nombre que transpira y calla Todo es un lugar ajeno que desconozco Si me llaman no acudiré si me buscan no me hallarán Porque caigo en la fuerte costumbre de las horas atrasadas y las calles solitarias y de nuevo afirmo, de nuevo si alguien aún me recuerda no me reconoceré en ninguna de sus invocaciones Regreso del paraíso que he escudriñado hace Siglos
Todo es materia
Sólido es el sabor de la alegría Se destiñen los vestidos de polillas y tiempos recurrentes que poblaron aquel clóset desolado Este día podría llamarse pajarera abierta, circo, horno caliente
Boussac
Veinte días son suficientes para llegar a Val-de-Grâce Veinte días para dejar atrás una casa Veinte días de pisar el barro o recibir órdenes Veinte días son suficientes para llegar a Val-de-Grâce Veinte días son suficientes para llegar al lado sombrío de la mente Veinte días son suficientes para llegar Veinte días son suficientes Veinte días son Val-de-Grâce toda mi vida
Monocromático; no confundir con Tom Ford
Ser el hombre milenario Ser el animal que habla y avanza En el tiempo contra el tiempo animal casimir, merino, Calvin Klein