EL CASO FIGO: LA HISTORIA DE UN VILLANO
Cada vez es más difícil que un jugador permanezca en un mismo equipo. La ambición hacen a los futbolistas jurar amor eterno al mejor postor por los títulos o el dinero. Pese a ello, aún en tiempos de fútbol moderno, existen principios que, cuando se rompen, no existe perdón ni excusa válida. Tal es el caso de Figo, que en el año 2000 fichó por el Real Madrid. Un traspaso de múltiples polémicas pero que conmocionó a la comunidad del fútbol por haber elegido a los “Vikingos”, el máximo rival de su ex-equipo: el Barcelona. En 1995, el portugués llegaba al club blaugrana no solo como la máxima estrella del deporte, sino también como el jugador sobre el cual se edificaría un equipo de ensueño. Sin embargo, como es conocido, la historia no pudo ser más diferente.
Narrado en primera persona, El Caso Figo: El Fichaje del Siglo se presenta como un documental de tono cauto, mediante el cual su protagonista, Luís Filipe Madeira Caeiro Figo busca excusarse por la traición que sintieron miles de aficionados al Barcelona. Por supuesto, para los apasionados del balón, no existe disculpa que valga la pena cuando de traición se trata. Sin embargo, David Tryhorn y Ben Nicholas, directores de esta entrega, saben que Figo pudo ser el protagonista de esta historia, más no su antagonista. Ya desde el título queda claro que esta operación está más allá del deporte, por encima del jugador. Se trata del inicio de una nueva era en las negociaciones del fútbol, de entender cómo el balón se consagró como un elemento fundamental tanto en la economía como en la política de España y el mundo.
si bien Figo era tratado como un ídolo en Barcelona, la junta directiva del club tenía asuntos aparentemente más importantes que su propia estrella.
El traspaso del portugués no era sencillo. Parecía imposible que Figo pudiera salir del Barcelona teniendo la cláusula de rescisión más cara hasta entonces. No obstante, como hace bien en pronunciar uno de los periodistas entrevistados, “poderoso caballero es don dinero”,y en esta historia todos han tenido un precio. El primero de los beneficiados fue Paulo Futre, clave para la consolidación del fichaje. El exfutbolista se sirvió de la mentira para poner en marcha una cadena de acciones que cambiarían el destino de todos los involucrados. Mucho antes de creerse que el fichaje fuera posible, Futre aseguró que este sería un hecho no sin antes velar por sus propios intereses, evidentemente. Tanto él como José Veiga, representante en ese momento del astro portugués, obtendrían una considerable cantidad de dinero una vez que el Figo se vistiera de blanco.
De esa manera, comenzó una carrera contrarreloj para convencer al futbolista de firmar por el Real Madrid. Una serie de argumentos que apelaron, entre otras cosas, al ego del futbolista pues si bien Figo era tratado como un ídolo en Barcelona, la junta directiva del club tenía asuntos aparentemente más importantes que su propia estrella. Un error que terminó convirtiendo a Joan Gaspar en uno de los peores presidentes en la historia barcelonista. Digamos, un personaje poco querido. Atento a las elecciones por la presidencia del club, Gaspar pecó de confianza, pues creía que no habría modo de que el portugués se marchara. Sin embargo, Figo salió de Barcelona rumbo a Madrid en el verano del año 2000, al sentirse poco valorado y presionado por Futre y Veiga.
comparar la presidencia de un club con un cargo político suena, además de peligroso, real.
Quienes conocen la historia del fútbol saben que Figo fue apenas el primero de los múltiples fichajes que haría el Real Madrid a inicios de este siglo. Todo para convertirse en un formidable equipo, ese que millones recuerdan por el seudónimo de “Los Galácticos”. Una escuadra formada por verdaderas estrellas del deporte, que cumplieron los sueños de toda la afición merengue pero, sobre todo, que consagraron a Florentino Pérez como una de las figuras más importantes e influyentes del mundo. Sin duda, el fichaje de Figo es imposible de entender sin la ambición de un hombre que quería ser presidente del Real Madrid y que, para lograrlo, prometió traer al portugués a su equipo. Quizá antes resultaba una analogía absurda pero, dado el crecimiento del fútbol como negocio y siendo ahora una pieza fundamental de la economía global, comparar la presidencia de un club con un cargo político suena, además de peligroso, real.
Dudar del amor que Florentino tiene por el Madrid sería un error, pero igual de iluso sería creer que se ha mantenido al frente del equipo por un simple afecto. Él sabe lo que el Real Madrid representa como equipo, como producto. Se trata de una de las marcas más reconocidas y vendidas en cada rincón del planeta. Todos conocemos a alguien que se dice aficionado del Madrid, que compra sus camisetas y hasta ha viajado a España para verles jugar. Lo dicho, un club, un negocio mundialmente exitoso. En ese sentido, Figo fue solo un eslabón sobre el que Florentino redefinió lo que este equipo representa. Se trataba de hacer al Real Madrid sinónimo de grandeza, de poder. No importaba el costo, el equipo merengue debía tener a los mejores jugadores del planeta, lo que corrompería por completo el romanticismo casi extinto de este deporte.
El caso Figo pudo ser el primer fichaje en su tipo pero, de ninguna manera, el último.
Por esto, El Caso Figo, más que una disculpa prolongada y extemporánea, es la historia sobre el origen de un héroe o villano, según los colores de quien la mire. Habrá quien vea en este suceso el inicio de una era gloriosa para el deporte, que ha permitido a los clubes alinear equipos de ensueño. Mientras, otros verán en Figo el inicio de la decadencia de los valores que alguna vez hicieron del fútbol un deporte digno y admirable. Por ello no existe exageración en llamar a esta transacción “el fichaje del siglo”, pues después de la compra del portugués, por 60 millones de euros, todo cambió. Los precios de los futbolistas, que ahora se venden como mercancía, aumentaron; se dio mayor control a los representantes, que buscan el máximo beneficio en cada contrato; pero sobre todo, puso a un empresario al frente de una de las instituciones deportivas más importantes e influyentes del planeta.
A la luz de la historia, Figo será siempre un traidor, el que optó por venderse antes de ser leal a un club, quien despreció al Barcelona para irse al acérrimo rival, el que juró amar una camiseta para vestirse con otra. Sin embargo, lo que este documental también revela es cómo aquello que antes ocurría en las sombras se convirtió en el modelo de negocio más practicado en la industria deportiva. El caso Figo pudo ser el primer fichaje en su tipo pero, de ninguna manera, el último. Y aunque para muchos la irrupción de Florentino ha representado un dolor de cabeza, no cabe duda de que su presencia ha hecho crecer el fútbol. Después de todo, los villanos hacen a los héroes. Ahora el Barcelona y la comunidad del fútbol ven en la presidencia del Madrid a uno de sus máximos rivales.
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