

Del encausto a la sangre: un ensayo de Sor Juana Inés
Solo externamente prefiero pensar que una vez más halló modo de preservar su libertad interior a cambio de la apariencia, razonamiento que la obligó actuar como lo imponía aquel mundo.
“Día Internacional de la Mujer”, los datos históricos que arroja el internet hacen sentido con esta denominación, pero si ampliamos el análisis con base en la cruda realidad casi cada palabra está terriblemente mal, pues sigue la misma lógica androcentrista y patriarcal que combatimos. De acuerdo con la historia oficial, el 8 de marzo de 1908 ciento cuarenta trabajadoras de la fábrica textil Triangle Shirtwaist en Nueva York fueron encerradas y quemadas vivas dentro de su espacio de trabajo por manifestarse con una huelga en contra de la precariedad laboral que vivían en aquel lugar; nueve años después, en 1917, en Rusia, varias mujeres protestaron por las calles para obtener su derecho al voto. Sin contar las cientos de marchas, protestas y manifestaciones a lo largo del siglo pasado a favor de los derechos de la mujer, que han sentado precedente para las nuevas olas del feminismo.
Y así cada 8 de marzo el movimiento feminista une a millones de mujeres alrededor del mundo para manifestarse. Es entonces cuando las calles se visten de morado y las jacarandas, al menos en México, protegen con su sombra a las mujeres y a las disidencias: a lxs trabajadorxs, lxs campesinxs, lxs estudiantxs, lxs líderxs, lxs comerciantxs, lxs activistxs, lxs artistxs y lxs científiquxs, pero también a las madres, a los padres, a las familias, a las infancias, a las amistades y a las mascotas; todxs salen para buscar justicia por las situaciones horribles que tienen que enfrentar cada día. No sólo en este día, no sólo en este mes, no sólo en siglos pasados. Sucede hoy, día tras día, sistemáticamente y de diversas maneras a cada mujer que habita sus espacios cotidianos a los que tiene derecho.
Además, las tragedias importantes no sólo suceden en Estados Unidos ni Rusia. Cada país tiene una historia cruel y una deuda tremenda con las mujeres que nunca terminará de ser atendida mientras el gobierno “tenga otros datos”. Los actos reprochables muchas veces son actos perpetuados por la cultura, mientras más se esfuerza una sociedad por mantener el estatus de lo correcto y lo civilizado, más violaciones a los derechos humanos comete.
También debemos hablar de la diversidad no visibilizada, ni mucho menos respetada, en torno al ser mujer. Porque si bien la lucha en conjunto es entre todas nosotras, la realidad es que no todas somos tratadas igual frente al sistema que le encanta fijarse en colores de piel, edad, religión, apariencia física, identidad y expresión de género, orientación sexual, capacidades corporales, etc., etc., etc. Perpetuando ideas no sólo discriminatorias y violentas, también llenas de crueldad que al final dicen más de quien las dice que de quien las recibe injustamente. La imagen de mujer no es sólo una, somos varias.
Esta entrega del dossier anual contra las violencias ejercidas sobre las mujeres busca darle a las personas que se asumen mujeres y a otras disidencias un espacio que puedan usar para expresarse, para identificarse, para resguardarse pero también para llenar de valor y ofrecer un espacio para la contención del alma. A través de los textos publicados conoceremos las tantas y distintas formas de vivir lo femenino y acompañando a este material, también veremos con los ojos de las integrantes de Vertedero Cultural los distintos espacios y lugares comunes en donde nos movemos e incidimos de manera directa desde nuestras posiciones y nuestrxs cuerpxs. Es momento de que el mundo vea, concientice y nombre nuestras presencias en donde nos fue negado participar anteriormente.
El dossier comienza y se prolongará todo el mes de marzo, pero con la consigna de que en ningún momento debe detenerse la concientización y los esfuerzos por desmantelar el sistema que quiere mantener a las mujeres calladas.
Que nos escuchen aquellos que no nos quieren aquí.
Solo externamente prefiero pensar que una vez más halló modo de preservar su libertad interior a cambio de la apariencia, razonamiento que la obligó actuar como lo imponía aquel mundo.
Justo cuando la puerta se abrió, Teresa no pudo evitar que las lágrimas salieran de sus ojos hinchados por los golpes y susurró en un suspiro:
–El futuro es hoy.
MUJER Vida, Fe, y Esperanza. Creadora, fuerte, luchadora, sabia, de carácter, noble, de ilusiones, entregada a sus metas, suaviza sus penas, con coraje e inteligencia.
Alguien
Afuera
Me espera
Pero para eso es necesario salir de la cárcel
Cortar cuellos de hombres malos
Juana hizo la pregunta que no se hace a la ordenanza: ¿Por qué?
La maestra le dijo a Juana que dentro de las categorías: niños, ancianos, perros y gatos figuran, aunque de manera indirecta, las niñas, ancianas, perras y gatas.
Yo abrazo esta madre en la que me he convertido, esta madre Bestia que me ha dado fuerza, coraje e independencia, pero yo no quiero que mi hija conozca este hábitat tan salvaje. Quisiera que ella pudiera vivir (si es que lo quiere) una maternidad en la que no tenga que depender de promesas.
Flores para mi enfermera. Flores que alientan y consuelan, así como la sonrisa de mi seño en aquellas tremendas noches de insomnio.
Una mujer que amanece sabe enfrentar el sol de cada acera alza la mano persiguiendo palabras, declama el sí con su sonrisa nueva.
Sollozos y luego silencio porque víctima y victimario pernoctan bajo el mismo techo.
No te creas muy valiente, los golpes que das,
la vida te los dará.
Cuando tomé conciencia de lo que significaba ser mujer
quise ser cualquier otra cosa.
Cuando mi cuerpo empezó a crecer,
cuando mi cuerpo empezó a sangrar
quise ser como mis muñecas.
Solo me señalan la hora, mi ropa
Que me lo gané por ofrecida
Que no debí aceptarle esa copa
Que solo debía salir a la luz del día.
Las palabras denigrantes
oprimiendo el pecho todavía
no sirves para nada, él decía
y callada agachaba la cabeza.
Esa imagen me abarrota la mente y me lleva a pensar en el cúmulo de emociones no identificadas, no clarificadas, no vistas y, por lo tanto, no aceptadas ni integradas ni liberadas como el miedo, la frustración, la impotencia, en muchos casos la culpa también.
No habrá gema ni balido
ni sombra ni curvatura
en la mujer que madura
y revierte lo vivido.
Paola Herrera Rocha
Coordinación
Liz J. Hamilton
Coordinación de imagen
Elizabeth Munguía Mayén
Editora en jefe
Lorena Victoria
Coordinación divulgación de la ciencia
Jetziba Santana
Edición de video
Anel Mendoza
Ilustración
Japdy
Ilustración
Liz J. Hamilton
Ilustración
Patricia Ochoa
Ilustración
Paola Sánchez Ruiz
Adriana Acosta
Mat Priego
Joemi Martínez Tafolla
Elizabeth Munguía Mayén
Paola Herrera Rocha
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Paola Herrera Rocha
Elizabeth Munguía Mayén