Los gallos de las Alasitas
Entre puestitos coloridos, llenos de miniaturas, alcancías y pasteles de diferentes sabores, Camila paseaba con su abuela, cargando dos bolsas repletas por las compras. Mientras la anciana, entusiasmada, correteaba de un puesto a otro, Camila se esforzaba por alcanzarla y no vomitar en el camino. “Soy intolerante al olor de las Alasitas”, repetía, “mucho humo, …